Una enferma bipolar, una experta de fama mundial | 07 SEP 10

"Una mente inquieta"

Una autoridad en trastorno bipolar narra su experiencia como paciente. Los comentarios de: Sergio Strejilevich, Ivonne Bordelois, Enrique "Topo" Rodríguez, Gerardo García Bonetto, Luis Hornstein, Alejandro Lagomarsino, Juan Carlos Turnes, M. del C. Vidal y Benito.
Dr. Luis Hornstein

 

Comentario de Enrique "Topo" Rodríguez

Sugerencia: En el caso de Kay me parece deberíamos llamarlo: “Dos mentes inquietas”.

Me pareció oportuno que para poder comprender la real magnitud del alcance de la herencia literaria y científica de Kay Redfield Jamison (la multi-autora) y en particular de “Una Mente Inquieta“  como el libro abanderado de su cruzada en pos del mejoramiento de la salud mental global, pienso o propongo que aunque muy temporariamente re-bauticemos a Kay!  Para poder así encapsular sus tantas virtudes y obra cumplida en este mundo.

Para mí es como si fuera uno de esos tantos personajes de las novelas de Shakespeare! O quizás si investigamos entre las bambalinas y los roperos del Teatro Colon, donde se albergan no solo los trajes de esos famosos personajes inmortales sino también el espíritu y las muy humanas gotas de transpiración de esos actores mortales que pasaron por los tablados.

Así podríamos encontrar un crisol de grandes personajes, quizás podamos identificar la astucia de Cleopatra o la combatividad de Joan D’Arc y casi seguro la compasión de Madre Teresa y Helen Keller estarán presentes. En una segunda mirada encontraríamos la influencia y liderazgo de Indira Gandhi, o la popularidad y talento de Ella Fitzgerald.  Eso si el cerebro científico brillante de Marie Curie y la intrépida garra de la aventurera Amelia Earhart. Pienso que estas características mencionadas son una muestra indeleble de su personalidad y si no todas, un poco de cada una.

También me gustaría comparar a Kay con  Alexander Fleming, entonces concluyo que “Una Mente Inquieta” es como la "penicilina de los trastornos mentales", o mejor aún la veo como si fuera la virtuosísima Marta Argerich que por momentos acaricia las teclas de ese piano con manos de terciopelo y en otros lo castiga al máximo para extraer notas que no existen en este mundo, un trato Bipolar artístico profesional por excelencia!

Kay actuó y sigue actuando en esta vida en un plano principal superlativo, habiéndonos dejado un legado gigante que ha transcendido los distintos teatros de la vida y del mundo de las psicopatologías. Bien sabemos que los trastornos bipolares y las enfermedades mentales no discriminan. Kay aprendió a muy temprana edad a repartir su mente con virtudes y fallas,  excentricidad, inspiración, expresiones únicas y especiales. Aprendió las bondades de trabajo fuerte, dedicación y disciplina. Combino su savoir- faire y las ciencias medicas con las experiencias personales que en muchos casos fueron más efectivas, elocuentes y profundas que la psicología y la medicina mismas para comunicarse con gran fluidez con las masas enfermas y desesperanzadas.

Para mi “Una Mente Inquieta” es como un espejo mágico que tiene la cualidad de reflejar desde nuestros aspectos más oscuros y ocultos de nuestra persona hasta las características más translucidas y obvias de nuestro ser. Hay quienes se vieron en un 50% en ese espejo y eso fue suficiente para que tomar conciencia de esta dura realidad. Muchísimas personas han negado el diagnostico y este “libro del eco” muchísimas veces (aunque no siempre) confirman al profesional y su diagnostico.  Ej.: “Si, vos sabes que me lo confirmaron, tengo Trastorno Bipolar II”, “Yo también abandone la medicación, no me la banco”, “Durante mis depresiones yo tampoco puedo salir de la cama”, ”Cuando salgo de compras ciertas cosas me resultan irresistibles”. Todos estos “espejos” que “Una Mente Inquieta” reflejan a sus lectores, han ayudado a miles y miles de personas a reconocer la realidad en que estaban viviendo pero que lamentablemente rehusaban a aceptar.

Quisiera destacar que no obstante el hecho de ser una gran académica de renombre mundial y con publicaciones múltiples, (5) libros y más de (100) artículos científicos, Kay escribe en “Una Mente Inquieta” con un estilo fácil de leer y entender, reflejando una modestia y empatía para con el lector. Desmenuza los temas de trastornos afectivos y facilita la interpretación de todo el mundo, incluyendo a los menos letrados.

Todos tenemos un “criterio único” para manejar situaciones, tomar decisiones o discernir que es más conveniente tanto para nosotros como para los demás. En el caso de Kay, me atrevo a decir ese criterio único ha sido y es algo brillante. Esto la empujo a lograr una meteórica y precoz carrera desde estudiante a paciente, profesional, mentora y líder de causa, funcionando como un “estoico faro en el medio de los océanos de las enfermedades mentales”, siempre lista para proveer direcciones, ¡una verdadera mecenas!

Me atrevería también a decir que “Una Mente Inquieta” es en trastornos mentales, no solo el libro más leído universalmente a todos los niveles (traducido a 15 idiomas) pero también el más consultado y recomendado. Es un hecho real que esta publicación ha ayudado a muchísimos pacientes, familiares y amigos a comprender las contradicciones, las ironías, las locuras, la implacabilidad, la inexorabilidad, la persistencia, la devastación y todas las consecuencias provocadas por estas enfermedades y también la maravillosa creatividad e inspiración generada a través de esas “manías galopantes o hipomanías” y otras veces “el humor” expresado a destajo sin barreras, a veces hiriente, irónico y sarcástico. Nosotros lo necesitamos a toda costa, porque cuando los demás se ríen de nuestros chistes o comentarios, esto nos indica que “nuestro cerebro está vivo y funcionando”, nos estamos comunicando bien con el exterior.

Somos muchísimos los que hemos entrado en este “túnel negro” donde perdemos familiares y amigos o que ellos nos pierden a nosotros. Otras veces ganamos nuevos amigos y recuperamos nuestros familiares. Pero también existe un precio social muy alto donde muchos (en realidad demasiados) pagan con sus vidas a través del suicidio, dejando un agujero negro más grande aun con los que quedan.

Desgraciadamente no todos tenemos la resiliencia necesaria, el conocimiento adecuado, la compañía oportuna o la medicación correcta. Este mundo en alguna manera ha sido bendecido (sin importar credos o creencias) porque tanto nuestra autora, como este libro, tienen esas cualidades de promover recuperación y rehabilitación.
Estas son las enseñanzas tan  vitales para nuestros frágiles seres vivientes, que ahora tenemos una gran oportunidad de embarcarnos en la misión de re-transmitir todas las enseñanzas dejadas por Kay Redfield Jamison y colegas, sobre cómo manejar efectivamente los altibajos de los trastornos bipolares.

 

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