Rescate, aumento y reemplazo de células beta | 16 FEB 05

Insulinoterapia en la diabetes de tipo 2

El tratamiento insulínico subóptimo en las personas con diabetes de tipo 2 es bastante común.
Autor/a: Dres. Jennifer A. Mayfield, Russell D. White.  Am Fam Physician;70:489-500,511-2. 2004
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Opciones | 3. Indicaciones | 4. Instrucciones para comenzar el tratamiento con insulina | 5. Dosificación | 6. Bibliografía
Instrucciones para comenzar el tratamiento con insulina

1. Analizar en detalle cuál es el momento de comenzar la insulinoterapia, de manera que los pacientes tengan tiempo de elaborar sus miedos y obtener información. No usar insulina cuando se está tratando de conseguir la colaboración del paciente mediante la dieta, los ejercicios y la medicación oral, aun cuando los pacientes estén de acuerdo en que por último recibirán insulina.

2. Reunir varios envases de insulina con los instructivos, información práctica, jeringas, agujas y muestras de insulina para facilitar la iniciación de la insulinoterapia

3. Considerar el uso de lápices de insulina y otros dispositivos que no requieran agujas.

4. Contar con un equipo para educación diabetológica de los pacientes, respecto de la dieta y cómo administrar la insulina. Entrenar al equipo de enfermería para que enseñe a los pacientes a colocarse la insulina y que necesiten iniciar en forma inmediata, sin espera, una educación programada del educador.

5. Ajustar el tipo y el régimen de insulina contemplando el estilo de vida y posibilidades económicas del paciente. Los pacientes que comen alimentos variados en horas irregulares pueden obtener mayor flexibilidad con el uso de la glargina y los análogos de acción rápida, mientras que los pacientes más metódicos se manejan bien con las insulinas tradicionales.

6. Citar a los pacientes a la semana para ajustar la dosis de insulina y brindar más educación. Mantener el contacto con el paciente a través de visitas al consultorio, llamados telefónicos, fax o correo electrónico, cada 3 a 7 días hasta alcanzar la glucemia deseada.

7. Interrogar siempre sobre el autocontrol glucémico y los conocimientos del paciente sobre el manejo de su enfermedad.

8. Hallar siempre algo para felicitar

La terapia de refuerzo es efectiva en los pacientes con células beta residuales insuficientes pero activas, las cuales no pueden mantener la A1C esperada con tratamiento oral. Este tratamiento se logra usando NPH al acostarse, NPH dos veces diarias, insulina ultralenta una vez por día o glargina una vez por día, ajustadas para mantener una glucemia en ayunas entre 90 y 130 mg/dL. El refuerzo insulínico también puede hacerse con insulina cristalina, aspártica o lispro a la hora de comer, ajustadas para mantener una glucemia a las 2 horas de comer de 180 mg/dL. Comparada con la inyección de insulina basal única, la misma cantidad de insulina dividida en varias inyecciones en bolo brinda menos fluctuaciones glucémicas posprandiales, un nivel de A1C inferior y mayor ganancia de peso.

La insulina en bolo sin insulina basal es la responsable del control glucémico fluctuante en los ambientes hospitalarios. En un estudio de observación de pacientes hospitalarios con diabetes no especificada, los tratados con insulina en bolo sin insulina basal aumentaron 3 veces el riesgo de hiperglucemia. Los pacientes demasiado enfermos para usar su medicación oral usual deben recibir insulina basal con ajustes periódicos mediante bolos, es decir, insulinoterapia correctiva.

La terapia de reemplazo usando regímenes i

 

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