Segunda Parte | 08 SEP 04

La próxima generación en la resucitación del shock

Nuevas tecnologías pueden mejorar la atención temprana prehospitalaria para prevenir o revertir más rápidamente la hipoxemia, hipovolemia y el comienzo del shock.
Autor/a: Dres. Moore FA, McKinley BA, Moore EE. Lancet 2004; 363: 1988-96
La próxima generación

¿Porqué cambiar la resucitación?

En la última década, estudios epidemiológicos de pacientes con traumatismo de tórax han revelado diversas observaciones preocupantes que llevaron a los autores de este trabajo a concluir que son necesarios cambios fundamentales en las estrategias actuales de resucitación. Aunque ahora son ampliamente practicadas como un estándar en la atención en Estados Unidos y Europa, las estrategias de resucitación en el shock que involucran el reemplazo de la hemoglobina con una carga de volumen de fluidos para recuperar la perfusión tisular y la oxigenación, son bastante variables entre los centros de trauma y la evidencia publicada a favor o en contra de estas estrategias aparentemente básicas (por ejemplo, carga temprana o grande de volumen con fluidos [64-66]) es escasa.

En primer lugar, la trayectoria clínica de los pacientes que desarrollan una falla de múltiples órganos se fija en el proceso de la resucitación (por ejemplo, dentro de las 6 horas de la injuria) [5,9]. Muchos pacientes con alto riesgo requieren cirugía de emergencia o radiología intervensionista y llegan a la unidad de terapia intensiva (UTI) después de esta ventana de tiempo [9]. Aunque los esfuerzos de resucitación en la UTI pueden claramente modificar el curso clínico subsiguiente, aún una resucitación altamente refinada e individualizada puede fallar en revertir la respuesta disfuncional que ya ha ocurrido [10].

Para reducir substancialmente la incidencia de la falla de múltiples órganos, será necesario modificar las intervenciones antes de la admisión en la UTI. Desafortunadamente, esto necesitará ser realizado en situaciones clínicas caóticas, tales como la cirugía de control de daños y en entornos no tradicionalmente enfocados en monitorear la resucitación.
En segundo lugar, aunque la carga inicial de volumen con cristaloides es valiosa para definir la estabilidad hemodinámica, continuar este proceso de frente a una hemorragia en curso promueve el

 

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