Patogénesis y prevención | 21 ABR 04

La infección de la herida quirúrgica

Tanto la planificación preoperatoria como la técnica intraoperatoria se han vuelto importantes en la prevención de las infecciones quirúrgicas.
Autor/a: Dres. Aasen AO, Barie PS, Faist E, Ford HR Surg Infect (Larchmt). 2002;3 Suppl 1:S99-102
Terapia antibiótica preventiva

Tal vez el área de mayor interés en la prevención de la IHQ ha sido el uso de antibióticos sistémicos. Con la introducción de los antibióticos en la práctica clínica después de la Segunda Guerra Mundial, existió la esperanza en los cirujanos que había arribado la era de la cirugía libre de infección. Esta esperanza se desechó pronto porque las infecciones en el sitio quirúrgico continuaron ocurriendo sin ser impedidas por el uso de antibióticos postoperatorios [18].

Eventualmente, estudios básicos de laboratorio de Miles y col. [19] y modelos animales clínicamente relevantes de Burke [20] confirmaron la deficiencia del uso clínico preventivo de los antibióticos postoperatorios. Esos estudios experimentales demostraron que la prevención de la infección de los tejidos blandos requiere que los antibióticos estén en el tejido al momento de la contaminación si se quiere evitar que la misma se produzca. Los antibióticos sistémicos dados después del evento contaminante no tenían un efecto apreciable sobre la historia natural de la infección. El fracaso de los intentos tempranos en la década de 1950 con el uso preventivo de los antibióticos fue explicado por el hecho de las drogas no fueron administradas hasta que la operación había sido completada.

¿Porqué los antibióticos postoperatorios no afectan las tasas de IHQ? Primero, porque los patógenos microbianos que contaminan la herida quirúrgica están embebidos en una matriz de fibrina que es el producto final natural de la activación de la coagulación y de las cascadas inflamatorias. Con el cierre de la herida, la cavidad de la misma se vuelve una matriz sólida de fibrina con los contaminantes atrapados en ella. Si los antibióticos no están presentes en el momento en que se deposita la fibrina, su penetración en la matriz es muy pobre o no se produce. Es deseable tener el antibiótico presente cuando ocurre el depósito de fibrina. Segundo, porque la cascada inflamatoria continúa por un período de tiempo después del cierre de la herida. La presión hidrostática aumentada en la vecindad de la misma, secundaria a la formación continua de edema, significa que las drogas sistémicas no tendrán acceso al área de la herida quirúrgica. En términos funcionales, la herida quirúrgica cerrada tiene un "halo" de isquemia relativa a su alrededor.

Numerosos estudios clínicos confirmaron estos ensayos experimentales. Bernard y col. [21] y Polk y López-Mayor [22] demostraron una reducción en la tasa de IHQ en pacientes sometidos a cirugía electiva gastrointestinal cuando el antibiótico se administró preoperatoriamente. Stone y col. [23] demostraron en cirugía biliar y gastrointestinal que dosis múltiples dadas preoperatoriamente no eran mejores que una única dosis y que los antibióticos iniciados postoperatoriamente tenían la misma tasa de IHQ que un placebo. En otro estudio de cirugía biliar y gastrointestinal [24], Stone y col., mostraron que un régimen de 5 días de antibiótico preventivo postoperatorio después de la administración preoperatoria no fue mejor que una única administración preoperatoria. A partir de esos y otros estudios, se han desarrollado criterios específicos para el uso de los antibióticos preventivos en cirugía (Tabla 5).



Tabla 5. Criterios para el uso de antibióticos sistémicos preventivos en procedimientos quirúrgicos [25]

Estudios subsecuentes han demostrado la aplicabilidad de los antibióticos sist

 

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