Clasificación, patogenia, y nuevas terapéuticas | 05 MAR 03

Actualización en enfermedades autoinmunes

Se analiza una clasificación que distingue a las enfermedades causadas por defectos en la selección de los linfocitos de aquellas por respuestas aberrantes a antígenos particulares.
Autor/a: Dres. Davidson A, Diamond B N Engl J Med 2001 Aug 2;345(5):340-50
Iniciación de la auto reactividad

Disparadores ambientales 

Aun en las personas genéticamente predispuestas se requiere algún disparador ambiental o un cambio en el entorno interno para iniciar la respuesta autoinmune. Los estudios in vivo de poblaciones genéticamente similares han señalado la importancia de los disparadores ambientales. Por ejemplo, la incidencia de la diabetes tipo 1 y la esclerosis múltiple de una población cambia cuando sus miembros emigran a otras regiones.

Los estudios epidemiológicos sobre el pénfigo foliáceo en Brasil indican que un antígeno ambiental estimula los anticuerpos contra la desmogleina I involucrados en el pénfigo y demostraron que la incidencia de la enfermedad disminuye a medida que aumenta la distancia a las regiones donde la enfermedad es endémica.  Tales observaciones, junto con una relación de concordancia de la enfermedad entre los gemelos monocigotas más baja que lo esperado, indica que un factor ambiental expone a la diátesis autoinmune. No obstante, en el caso de otras enfermedades autoinmunes, el disparador es desconocido. 

Agentes infecciosos

Los antígenos microbianos pueden potencialmente iniciar la reacción de autoinmunidad mediante la imitación molecular, la activación policlonal, o la liberación de antígenos secuestrados de antemano. La imitación molecular ha sido claramente demostrada en la queratoconjuntivitis herpética del ratón: las células T que reaccionan con la proteina viral UL6 tienen una reacción cruzada con un péptido derivado de un antigeno corneano.

En los seres humanos, la fiebre reumática representa una respuesta autoinmune desencadenada por la infección estreptocócica y mediada por la reactividad cruzada entre la miosina estreptocócica y la cardíaca. En el sindrome de Guillain-Barré y sus variantes se han demostrado anticuerpos con reacción cruzada entre los gangliósidos humanos y los lipopolisacáridos del C. jejuni. En la diabetes autoinmune, las células T reconocen ambos péptidos derivados del autoantígeno ácido glutámico decarboxilasa y un péptido altamente análogo a la proteína C del virus coxsackie P2.

En la esclerosis múltiple, las células T reaccionan con ambos péptidos, el autoantígeno proteína básica de mielina y los péptidos de los virus Epstein-Barr, de la influenza tipo UN y el papilomavirus humano. En estos ejemplos, la infección podría causar la activación inicial de los linfocitos que median esas enfermedades y el autoantígeno podría mantener la activación, la cual persiste aun después de haber desaparecido el agente infeccioso. Sin embargo, en el caso de otras enfermedades autoinmunes en seres humanos, no hay evidencia de que la existencia de reacciones cruzadas antigénicas halladas en los estudios de laboratorio tengan importancia patogénica.

La infección microbiana también puede causar activación policlonal de linfocitos auto reactivos. Se cree que éste es el mecanismo responsable de la mayor incidencia de enfermedades autoinmunes en los roedores expuestos a patógenos microbianos. Los microbios que matan células pueden causar inflamación, liberación de antígenos secuestrados y autoinmunidad. Aunque en los seres humanos no se ha comprobado que la activación inespecífica sea la re

 

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