El S. aureus responde al 70-90% de las osteomielitis hematógena aguda (OHA) en los niños. Con el diagnóstico y tratamiento puntual, la mortalidad es despreciable y la proporción de complicaciones es semejante al 5%.
Manifestaciones clínicas. La mayoría de los niños con OHA tienen dolor del hueso durante uno a varios días, normalmente constante, y gradual en el inicio. El nivel de dolor podría fluctuar, dependiendo de postura o movimiento y respecto al analgésico administrado, pero no desaparece. El dolor puede localizarse bien si el niño es mayor y cooperador, pero difícilmente se localiza si el niño es pequeño o tiene osteomielitis pelviana. El dolor es normalmente lo bastante severo como para limitar o restringir el uso de la extremidad comprometida. Aunque la mayoría de las OHA frecuentemente ocurren en los huesos largos, un 25% de los casos involucran huesos cortos o no tubulares.
Diagnóstico
El diagnóstico de OHA se basa principalmente en la sospecha clínica. Un niño con dolor localizado en el hueso y fiebre puede presumirse el diagnóstico de osteomielitis hasta que se demuestre lo contrario. Las pruebas útiles incluyen la eritrosedimentación (ESR), la proteína C-reactiva (PCR), los cultivos de sangre y hueso o cultivos de líquido articular. Los estudios radiográficos de diagnóstico incluyen: radiografías simples, centellograma óseo y ecografía en alguno de los casos, tomografía computada y resonancia magnética nuclear (RMN).
La ESR y PCR se encuentran elevadas en el 90 y 98% de casos de AHO, respectivamente. Ante la presencia de fiebre y dolor localizado en el hueso, una ESR elevada o PCR pueden elevar la sospecha de OHA. Una ESR alcanza el máximo 3-5 días después de la iniciación de la terapia y se normaliza en aproximadamente 3 semanas. La PCR alcanza el máximo aproximadamente en el día 2 de tratamiento y puede normalizarse en 1 semana en los casos simples. La elevación prolongada de la PCR puede distinguir un curso de OHA complicado de uno simple. El recuento de glóbulos blancos es normal en >50% de casos de OHA.
Los cultivos de sangre son positivos en ~30% de pacientes con OHA. Los cultivos óseos por aspiración o el aspirado de líquido de una articulación inmediatamente infectada son útiles, y la recuperación puede reforzarse por los cultivos de una gota de material purulento en tubos de hemocultivos. La identificación del organismo causante de OHA de cualquier fuente ocurre en sólo aproximadamente el 50-60% de casos.
Las radiografías simples pueden diagnosticar OHA en aquéllos con síntomas prolongados. Aunque pueden verse inflamación de tejidos blandos profundos dentro de los primeros 3 días del inicio de los síntomas, osteopenia o lesiones osteolíticas de la destrucción de hueso normalmente no son visibles hasta que aproximadamente el 50% de hueso se ha desmineralizado, generalmente no antes de las 2 semanas después del inicio de los síntomas.
El centellograma óseo marcado con tecnesio es útil para los pacientes con presentación temprana y radiografías normales, con una sensibilidad >90% entre los recientes estudios pediátricos. La aspiración con aguja de un hueso no altera el examen. El centellograma corporal total raramente requiere la sedación y proporciona datos útiles cuando los síntomas se localizan pobremente (osteomielitis pelviana).
La tomografía computada (CT) y RMN son útiles en el diagnóstico de osteomielitis en los pacientes seleccionados. El exámen tomográfico es superior a la RMN para el descubrimiento de secuestros. La RMN ayuda a la identificación de abscesos, facilitando el drenaje precoz.
Un reciente estudio examinó la efectividad del centellograma corporal comparado con la RMN en niños con OHA. En 84% de 213 niños derivados para realizar centellograma por posible OHA, el diagnóstico se realizaba sin la necesidad de la RMN. El centellograma era positivo en 79 de 86 (92%) de los casos con diagnóstico definitivo de OHA. Sin embargo, abscesos que requirieron drenaje fueron encontrados por RMN en 3 (6%) de 48 casos de huesos largos con OHA. Los 3 habían exhibido una respuesta terapéutica lenta antes de la RMN. Se encontraron abscesos en 5 de 25 casos de osteomielitis pelviana.
Así el centellograma es muy eficaz como prueba inicial cuando se sospecha OHA y las radiografías simples son negativas. Si la respuesta al tratamiento es lenta con una OHA de un hueso largo, la RMN puede indicarse para revelar un absceso.
Debido a la asociación de abscesos con OHA pelviana, la RMN debe ser considerada después de que se descubre OHA pelviana, y ésta podría sustituirse por el centellograma cuando los síntomas se localizan puntualmente en la pelvis.
Artículo comentado por el Dr. Edgardo Checcacci, editor responsable de IntraMed en la especialidad de Pediatría.