El objetivo primario del estudio japonés fue investigar la asociación entre el uso de estatinas y la formación de cataratas. Los objetivos secundarios incluyeron clarificar si el riesgo de catarata difería según la potencia, las propiedades (lipofílicas vs hidrofílicas) y las estatinas individuales utilizadas.

La incidencia de catarata se definió basándose en códigos de diagnóstico, medicación o cirugía. Se utilizaron modelos de regresión de riesgos proporcionales de Cox, ajustados por edad, sexo, comorbilidades y comedicaciones, entre otros factores. La población de estudio tenía una edad promedio de aproximadamente 50 años.

• El uso de estatinas se asoció con un mayor riesgo de incidencia de cataratas en comparación con el no uso de estatinas. El HR ajustado fue de 1,56 (IC 95 %, 1,43–1,70).

• La incidencia bruta de cataratas de nueva aparición fue de 2,4 por 1000 personas-año durante el período de no uso de estatinas, mientras que fue de 8,8 y 8,7 por 1000 personas-año para las estatinas de baja y alta potencia, respectivamente.

• El riesgo incrementado se observó tanto para estatinas de baja potencia (HR ajustada 1,48 [1,30–1,70]) como para estatinas de alta potencia (HR ajustada 1,61 [1,44–1,79]), en comparación con el no uso.

• No hubo una diferencia significativa en el riesgo de cataratas entre las estatinas hidrofílicas y lipofílicas; ambas categorías mostraron un riesgo similar (~1,6) en comparación con el no uso.

• El uso de estatinas individuales (atorvastatina, rosuvastatina, pitavastatina y pravastatina) se asoció con un aumento del riesgo de formación de cataratas, con HR que oscilaron entre 1,35 y 1,731.

• El uso de fluvastatina y simvastatina no se asoció con este riesgo. Sin embargo, los intervalos de confianza para estos casos fueron amplios.

En una población japonesa en edad laboral con dislipemia, el uso de estatinas se asocia con un riesgo de 1,5 a 1,6 veces mayor de formación de cataratas, en comparación con el no uso, con la excepción de la fluvastatina y la simvastatina.

Se sugiere que los pacientes de mediana edad que usan estatinas consideren consultas oftalmológicas periódicas para gestionar el riesgo.