Sabemos que el tiempo es valioso y que estar al día con los desarrollos más relevantes en salud puede ser un desafío. Por ello, esta selección es una guía curada de noticas que, en el futuro próximo, pueden convertirse en realidad para el ejercicio de los profesionales de la salud.
Durante más de diez años, investigadores de Francia e India han trabajado de forma conjunta en la creación de compuestos que puedan combatir a los patógenos resistentes. El resultado más prometedor hasta ahora es infuzide, un derivado de la familia de las hidrazonas. El desarrollo es liderado por el Dr. Michel Baltas, químico medicinal del Laboratoire de Chimie de Coordination de la Universidad de Toulouse, y el Dr. Sidharth Chopra, del CSIR-Central Drug Research Institute en Lucknow.
El compuesto no solo ataca bacterias resistentes en el laboratorio, sino que también muestra resultados efectivos en pruebas con ratones infectados.
En las pruebas de laboratorio, infuzide se enfrentó a uno de los antibióticos más potentes disponibles actualmente: la vancomicina. El nuevo compuesto redujo de forma más rápida y eficaz las colonias de bacterias como S. aureus y Enterococcus. Además, cuando se combinó con linezolid —otro antibiótico sintético usado para infecciones resistentes—, los resultados mejoraron aún más, evidenciando un efecto sinérgico.
Uno de los datos más valiosos del último estudio con infuzide es que tiene un mecanismo diferente al de los antibióticos tradicionales. Esto es fundamental, ya que una de las principales causas de la resistencia es el uso repetido de fármacos con modos de acción similares.
A diferencia de otros compuestos farmacéuticos, la síntesis de infuzide no requiere solventes tóxicos ni procesos complejos. Las reacciones químicas necesarias son simples, económicas y ecológicas, lo que facilita su producción a gran escala. El proceso es completamente escalable, según refiere el Dr. Baltas.
Por ahora, infuzide ha mostrado efectividad únicamente contra bacterias grampositivas, sin resultados relevantes frente a las gramnegativas. No obstante, los investigadores están evaluando su potencial en enfermedades como la tuberculosis.
Fuente: Saarvienin A—A Novel Glycopeptide with Potent Activity against Drug-Resistant Bacteria
En medio de la creciente amenaza que representan las infecciones resistentes a múltiples fármacos, un equipo liderado por la Universidad de Viena y el Helmholtz Institute for Pharmaceutical Research Saarland ha identificado un compuesto novedoso, que llamaron saarvienin A. Esta molécula, derivada de una cepa de Amycolatopsis hallada en una mina de China, exhibe una actividad antibacteriana sin precedentes frente a patógenos considerados difíciles de combatir.
El nuevo compuesto no solo pertenece a la clase de los glicopéptidos, sino que además presenta un mecanismo de acción completamente diferente al de sus antecesores, como la vancomicina.
El hallazgo de saarvienin A en condiciones naturales extremas lo convierte en una rareza biológica. El colombiano Jaime Felipe Guerrero Garzón, investigador de la Universidad de Viena, fue quien detectó inicialmente la actividad antibiótica en extractos de la bacteria Amycolatopsis. Posteriormente, Martin Zehl, experto en espectrometría de masas, confirmó la presencia de un compuesto completamente nuevo.
A diferencia de los glicopéptidos convencionales, saarvienin A no se une a los blancos bacterianos clásicos involucrados en la síntesis de la pared celular. En su lugar, actúa mediante un mecanismo aún no determinado.
Desde el punto de vista químico, su arquitectura es la de un núcleo peptídico halogenado cerrado por un inusual enlace ureido y con cinco unidades de azúcares y aminoazúcares, dos de las cuales nunca habían sido vistas en productos naturales. No encaja en ninguna categoría conocida.
En ensayos realizados por el equipo de HIPS, liderado por Rolf Müller, saarvienin A fue sometido a pruebas contra cepas como MRSA y Enterococcus resistente a vancomicina. En los resultados superó en efectividad a la vancomicina, incluso contra cepas multirresistentes.
Una vez identificado el conjunto de genes responsables de la biosíntesis de saarvienin A, el siguiente paso será la optimización del compuesto mediante ingeniería genética y química medicinal. Los investigadores se enfocarán en reducir la toxicidad celular sin comprometer su eficacia antibacteriana. Aún quedan desafíos, pero descubrir un nuevo antibiótico es solo el principio.