Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) 17,9 millones de fallecimientos a nivel mundial se deben a esta causa. En España, en tanto, en 2022 fueron 120.572 las personas fallecidas.
El colesterol elevado es un factor causal de enfermedad cardiovascular, por lo que se lo considera responsable directo de estas patologías. De hecho, según expresa el Prof. Fausto Pinto, expresidente de la World Heart Federation (WHF), durante un debate del ciclo Cardio On Air de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), “el colesterol es el segundo factor de riesgo causante de enfermedades cardiovasculares”.
Es por ello que es vital reducirlo significativamente y controlar los factores de riesgo asociados a estas enfermedades.
Según la “Hoja de ruta para el colesterol” de la World Heart Federation (WHF), el colesterol total elevado afecta al 39% de los adultos en todo el mundo. Su impacto es tal que, según estimaciones del 2017, el colesterol LDL causó casi 4 millones de muertes.
Sin embargo, entre el 60-70% de los pacientes de alto riesgo cardiovascular no tiene controlados los niveles de colesterol LDL.
Por otro lado, la Encuesta de Salud de la Fundación Española del Corazón (ESFEC) señaló también que el 22,8% de los españoles tienen hipercolesterolemia.
Respecto al abordaje que debe hacerse frente a esta problemática, el Dr. Luis Rodríguez Padial, quien también participó de #CardioOnAir, señala: “Además de los cambios en el estilo de vida, existen fármacos que nos permiten alcanzar los objetivos de control”.
Metas cardiovasculares hacia el 2030
La WHF y la OMS han fijado un objetivo en común: reducir en un tercio el número de muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares de aquí al 2030.
Para ello se han desarrollado seis hojas de ruta que pretenden ayudar a identificar los desafíos y proponer soluciones. "La Hoja de Ruta del Colesterol de la WHF se presenta como una herramienta crucial de salud pública oportuna y desesperadamente necesaria, que tiene el poder de guiar las actividades y políticas globales en materia de salud. Su implementación puede ayudar a mejorar la vida de muchos pacientes y salvar la de aquellos que aún no han sido diagnosticados”, remarca el Dr. González Juanatey.
En esa línea, el doctor ha señalado que, para conseguir los objetivos de control, será fundamental poder garantizar la accesibilidad de las personas a los sistemas sanitarios, la implementación de las guías de práctica clínica por parte de los profesionales, y hacer copartícipes a los pacientes de su tratamiento.
La Estrategia en Salud Cardiovascular del Sistema Nacional de Salud (ESCAV), publicada por el Ministerio de Sanidad, será también una importante herramienta de salud pública para reducir la incidencia, morbilidad y mortalidad de las enfermedades cardiovasculares.