Resumen Los rasgos seleccionados para promover el suministro de TG mediado por VLDL en nuestros antepasados con inseguridad energética pueden haber predispuesto a la humanidad a la hipercolesterolemia, con la adopción de estilos de vida occidentalizados que causan que muchas personas predispuestas desarrollen hipercolesterolemia y aterosclerosis manifiestas. Para bien o para mal, la selección natural está mal equipada para controlar la prevalencia de hipercolesterolemia, hoy o en cualquier época, porque sus manifestaciones adversas generalmente ocurren más allá de los años reproductivos pico. Los rasgos que nos predisponen a la hipercolesterolemia pueden haberse instalado en nuestro genoma mucho antes de que evolucione el Homo sapiens y pueden permanecer allí a perpetuidad, siempre a punto de perjudicar la salud humana y la longevidad en tiempos de abundancia, al tiempo que favorecen la supervivencia y la reproducción en tiempos de falta. Dietas más saludables, mayor actividad física y una reducción en los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares modificables podrían mejorar esta ecuación evolutiva al alinear mejor nuestro genoma con las circunstancias bioambientales bajo las cuales evolucionó. |
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