Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS) | 28 SEP 21

Sofocos en la menopausia

Efectos del sedentarismo, la migraña y nuevas alternativas terapéuticas que incluyen el cannabis

Sedentarismo y sofocos en la menopausia

Los sofocos, uno de los síntomas más comunes de la transición a la menopausia, no solo interfieren con la calidad de vida de la mujer, sino que también están asociados con una variedad de problemas de salud.

Un nuevo estudio sugiere que el comportamiento sedentario puede aumentar la probabilidad de sufrir sofocos nocturnos. Los resultados del estudio se presentaron durante la reunión anual de la Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS) en Washington, DC, del 22 al 25 de septiembre de 2021.

Aproximadamente el 80% de las mujeres informan haber experimentado sofocos. Algunos datos sugieren que un mayor número y gravedad de los sofocos están relacionados con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

El comportamiento sedentario, que a menudo es más frecuente a medida que las mujeres envejecen, también está relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca. Sin embargo, pocos estudios han evaluado el efecto del comportamiento sedentario en la experiencia de los sofocos. Los estudios que se han realizado se basaron en gran medida en autoinformes y no consideraron medidas objetivas de los sofocos o el comportamiento sedentario.

Este nuevo estudio, que incluye mujeres pre, peri y posmenopáusicas, tuvo como objetivo determinar si el comportamiento sedentario medido objetivamente es un predictor de la experiencia objetiva y subjetiva de los sofocos.

Los resultados preliminares del estudio indican que el comportamiento sedentario, de hecho, predice los sofocos objetivos nocturnos, independientemente del tiempo dedicado a participar en una actividad moderada a vigorosa.

"Dado que las mujeres que se acercan a la transición a la menopausia dedican una gran parte de sus actividades diarias a comportamientos sedentarios, es importante comprender cómo ese comportamiento influye en los sofocos de la menopausia", dice la Dra. Sarah Witkowski, fisióloga del ejercicio en Smith College y coautora de la estudio. "El conocimiento sobre la influencia del comportamiento sedentario en los sofocos puede mejorar las recomendaciones de estilo de vida basadas en la evidencia para las mujeres que experimentan sofocos".

“Con una proporción tan grande de mujeres afectadas por sofocos, la investigación que ayude a identificar los factores desencadenantes o de riesgo siempre es valiosa”, dice la Dra. Stephanie Faubion, directora médica de NAMS. "Los profesionales de la salud deben revisar las actividades físicas y las rutinas de un paciente cuando se analizan las opciones de tratamiento".


Nuevas terapias ofrecen esperanza para el manejo de los sofocos menopáusicos

La presentación discutió los tratamientos para los síntomas vasomotores no hormonales en el horizonte

Los sofocos son uno de los síntomas más comunes de la menopausia y afectan aproximadamente al 75% a 80% de las mujeres. Pueden afectar negativamente la calidad de vida de una mujer al alterar el sueño y el estado de ánimo y pueden tener consecuencias más graves para la salud.

Una presentación en la Reunión Anual de la Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS) en Washington, DC, del 22 al 25 de septiembre de 2021, revisó varias terapias no hormonales que se encuentran actualmente bajo investigación para el manejo de los sofocos.

Estudios recientes han demostrado que los síntomas vasomotores (sofocos) pueden durar, en promedio, entre 7 y 10 años y, a veces, pueden durar incluso más en mujeres cuyos síntomas comenzaron en la perimenopausia. Si bien algunas mujeres solo tienen sofocos leves, otras pueden tener síntomas más molestos que pueden conducir a problemas con una menor densidad ósea y enfermedad cardiovascular subclínica.

La buena noticia es que actualmente se están investigando varias terapias para el manejo de los síntomas vasomotores. La Dra. Stephanie Faubion, directora médica de NAMS, destacará algunas de las terapias más prometedoras que ya están aprobadas para otras indicaciones y otras que representan compuestos novedosos que aún no están aprobados por el gobierno.

Las opciones más nuevas incluyen:

  • La oxibutinina, un agente anticolinérgico antimuscarínico utilizado para el tratamiento de los síntomas de vejiga hiperactiva y la hiperhidrosis, reduce la frecuencia y la gravedad de los síntomas vasomotores. Aunque existen preocupaciones sobre el riesgo de demencia con su uso a largo plazo, el uso a corto plazo puede proporcionar alivio de los síntomas a las mujeres con síntomas vasomotores importantes o molestos.
     
  • Los antagonistas del receptor de neuroquinina 3 que se encuentran en ensayos clínicos de fase 3 para el tratamiento de los síntomas vasomotores representan una terapia no hormonal prometedora. Parecen reducir rápidamente la frecuencia y la gravedad de los sofocos, aunque se desconocen sus efectos sobre el peso, así como sobre la salud cardiovascular, ósea, cerebral y sexual. Además, aún no se ha establecido su seguridad y eficacia a largo plazo.
     
  • Estetrol (E4) es un estrógeno de origen natural que se ha demostrado en estudios iniciales que reduce la frecuencia y gravedad vasomotoras, así como mejora el índice de maduración vaginal. E4 fue aprobado recientemente en los EE. UU. y Canadá para su uso como anticonceptivo y actualmente está bajo investigación para el manejo de síntomas vasomotores.

“Estas y otras nuevas alternativas brindan esperanza a millones de mujeres que sufren de sofocos”, dice la Dra. Faubion. "Es importante que los profesionales de la salud puedan individualizar el tratamiento para sus pacientes y ofrecer opciones para el manejo de los síntomas".


¿Puede un historial de migrañas provocar sofocos más intensos en mujeres posmenopáusicas?

Un nuevo estudio sugiere que la desregulación neurovascular puede explicar el vínculo entre la migraña y los sofocos, así como su asociación con enfermedades cardíacas.

Las migrañas afectan más a mujeres que a hombres. Las hormonas parecen ser una razón clave. Los niveles hormonales fluctuantes también pueden causar sofocos. Un nuevo estudio vincula un historial de migrañas y sofocos y destaca el hecho de que ambos podrían estar asociados con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.

 

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