La presentación destaca la creciente evidencia que relaciona los síntomas vasomotores con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular
Se estima que más del 70 % de las mujeres experimentan sofocos en algún momento durante la transición a la menopausia. Aunque durante mucho tiempo se ha aceptado que los sofocos pueden afectar la salud mental y la calidad de vida, la investigación acumulada sugiere un vínculo entre ellos y el riesgo de enfermedad cardiovascular en las mujeres.
Una presentación en la reunión anual de la Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS) en Atlanta, del 12 al 15 de octubre, destaca las preocupaciones que vinculan los sofocos con la salud del corazón.
La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en las mujeres, y el riesgo se acelera en la mediana edad durante la transición a la menopausia. Grandes estudios epidemiológicos de cohortes, así como estudios clínicos que utilizan evaluaciones fisiológicas de los síntomas vasomotores, han producido evidencia que vincula los sofocos y el riesgo de enfermedad cardíaca.
Específicamente, las mujeres con sofocos más frecuentes tienen perfiles de factores de riesgo cardiovascular más pobres, que incluyen presión arterial elevada (o hipertensión), resistencia a la insulina (o diabetes) y dislipidemia, así como un mayor riesgo de aterosclerosis subyacente. Los sofocos más frecuentes o persistentes también se han relacionado con un mayor riesgo de eventos de enfermedades cardiovasculares como infarto de miocardio y accidente cerebrovascular a medida que las mujeres envejecen.
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