Cáncer ocular / Tratamiento pionero en América Latina | 09 AGO 10

Logran evitar la ceguera de un bebe

Luciano, de 10 meses, fue tratado en el hospital Garrahan contra el tumor más frecuente en los chicos pequeños.

Luciano, flanqueado por Iván, su papá, y la doctora Adriana Fandiño, del hospital Garrahan /
Foto: Andrea Knight / Gabriela Navarra

"Es un tumor. Viajen a Buenos Aires y que vean a Luciano en el hospital Garrahan", les dijo esa mañana Cinthia Tsuru, la única oftalmóloga pediátrica de Concordia, Entre Ríos. Iván Morel Penco y Vanesa Elgart -los dos de 25 años, 5 de novios, 3 de convivencia, felices padres de ese bebe, que tenía 4 meses- no perdieron el tiempo. Llegaron esa misma noche.

Allí comenzaría una aventura difícil, pero de pronóstico alentador: Luciano, que tiene retinoblastoma bilateral -el tumor ocular más frecuente en bebes y niños-, perdió su ojito izquierdo. Allí, el cáncer estaba muy avanzado y no hubo alternativa. Pero puede conservar su otro ojo y evitar pérdida completa de la visión.

El pequeño concordiense es el primer paciente de América latina que recibe quimioterapia dentro de su ojito, a través un procedimiento que utiliza la arteria oftálmica para llegar al tumor sin que la droga alcance el resto del organismo.

El nombre técnico es quimioterapia superselectiva en la arteria oftálmica, un procedimiento que aplica el doctor David Abramson, del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, adonde fueron a capacitarse con una beca que ofreció el mismo Abramson varios médicos del equipo que trata a Luciano Morel Penco.

La forma de retinoblastoma que atacó al paciente, hoy de 10 meses, era imposible de prever. Guillermo Chantada, pediatra oncohematólogo del hospital Garrahan, explica que un caso como éste, de presentación esporádica, es obra de una mutación genética y puede ocurrir en uno de entre 17.000 chicos.

"Eso sí -se apresura a aclarar la doctora Adriana Fandiño, médica principal de Oftalmología del hospital-, los hijos de Luciano tendrán hasta un 50% de riesgo de padecer la enfermedad. Si hay antecedentes familiares, la consulta oftalmológica debe ser apenas nacidos o aun dentro del útero. Una ecografía puede detectar calcificaciones en el ojo, o un examen genético la mutación familiar."

En esos casos, se adelanta el nacimiento. "Hemos administrado quimioterapia en bebes de 2 kilos, con buenos resultados", dice Guillermo Chantada.

Los papás de Luciano comenzaron a pensar que "algo" pasaba cuando veían que en muchas fotos la pupila, en lugar de verse roja (por efecto del flash sobre la retina), se veía blanca, un síntoma llamado leucocoria. "Cuando lo amamantaba -recuerda Vanesa-, en el otro ojito le veía la pupila rara, como espejada. Lo llevamos al médico. Como insistimos mucho, nos derivó a la oftalmóloga infantil, que al intentar hacerle un fondo de ojo nos confirmó que las cosas no estaban bien."

Vanesa e Iván, jóvenes pero fortalecidos, se miran con un dejo de angustia que dura menos de un segundo. Una medida casi imposible de registrar, tanto como el tercio de milímetro que mide el catéter que llevó hasta la arteria oftálmica la droga que está curando el ojito de su bebe.

Un camino largo y sinuoso

¿Cómo se llega al interior del ojo? De la mano -literalmente hablando- del doctor Alejandro L. Ceciliano, médico a cargo de Neurorradiología Intervencionista y Neurocirugía Endovascular del hospital Garrahan.

 

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