Diagnóstico precoz ("Pediatrics") | 06 AGO 10

Las señales de autismo podrían presentarse en la infancia temprana

Según un estudio, un tono muscular en los brazos y procesamiento visual anormales son evidentes en bebés de meses.

Las señales de autismo podrían presentarse en bebés de hasta un mes de edad, según muestra un estudio reciente.

Pero dichas señales no son las alarmas usuales, como la falta de contacto visual o sonrisas, anotaron los investigadores.

En vez de esto, encontraron que los bebés que necesitaban cuidados intensivos neonatales y luego se les diagnosticó un trastorno del espectro autista eran más propensos a presentar un tono muscular anormal en los brazos y diferencias en su procesamiento visual que los bebés que se desarrollaron de forma normal tras el tiempo que pasaron en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN).

Las diferencias, que eran sutiles y probablemente algo que los padres no captarían con facilidad, fueron detectadas por expertos entrenados que observaron a los bebés de cerca, señaló el coautor del estudio, Ira Cohen, catedrático del departamento de psicología del Instituto de Investigación Básica sobre Discapacidades del Desarrollo del Estado de Nueva York.

Aún así, "cualquier padre preocupado sobre el desarrollo de su hijo debe pedir que lo evalúen", aconsejó Cohen.

El autismo es un trastorno del desarrollo neural que se caracteriza por problemas con la interacción social, la comunicación verbal y no verbal, e intereses y conductas restringidas.

Si los hallazgos del estudio son confirmados por investigaciones futuras, podrían llevar a una identificación y tratamiento más tempranos para los niños autistas, aseguran los expertos.

Para el estudio, que aparece en la edición de septiembre de la revista Pediatrics, los investigadores identificaron a 28 bebés que estuvieron en la UCIN y a los que luego se les diagnosticó un trastorno del espectro autista. Los compararon con 112 bebés del mismo sexo y edad gestacional que no tenían autismo.

La conducta y el desarrollo de los niños se evaluó al mes de edad, a los cuatro meses, y de forma periódica hasta los dos años.

Al mes de edad, los bebés que luego seles diagnosticó autismo eran más propensos a mostrar "anomalías neuroconductuales persistentes" tras ser dados de alta del hospital, en comparación con los demás bebés. Alrededor del 40 por ciento de los bebés que luego se les diagnosticó autismo mostraron anomalías en la forme en que rastreaban visualmente objetos, en comparación con el 10.5 por ciento de los bebés que no recibieron tal diagnóstico.

Más de la mitad de los bebés que luego se les diagnosticó autismo tenían un tono anormal en los brazos, o demasiado flojo o demasiado rígido, en comparación con 22 por ciento de los bebés que se desarrollaron con normalidad.

A los cuatro meses, los bebés que luego se les diagnosticó autismo preferían mayores cantidades de estimulación visual que los demás bebés de su edad. Para evaluarlo, los investigadores mostraron a los bebés destellos de luz a distintas velocidades. A los niños se les dio la opción de ver un monitor con luces que estimulaban la visión más o menos. Los investigadores determinaron la preferencia al medir cuánto tiempo miraba el bebé cada monitor.

 

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