Recomendaciones de especialistas

Dengue: ¿por qué iniciar el esquema de vacunación en invierno?

Como se requieren dos dosis separadas por 90 días, aprovechar el frio ayuda a llegar protegidos al verano. Infectólogos recordaron que el dengue dejó de ser estacional y que la inmunización reduce en un 61% los casos sintomáticos.

Autor/a: Celina Abud

Fuente: IntraMed

El dengue llegó para quedarse. En países como Argentina, no existía una percepción de riesgo permanente, hasta que en 2023 y 2024 se presentaron dos epidemias de magnitud sin precedentes, que concentraron el 83 % de los casos históricos del país hasta el momento. 

Al dejar de ser una solo enfermedad de zonas tropicales o estacional, vacunarse dejó de ser “exclusivo” para el mercado de viajeros. De hecho, infectólogos recomendaron iniciar el esquema con la vacuna tetravalente contra el dengue para conseguir la inmunización en verano y así reducir el riesgo de enfermedad grave o internación durante la temporada estival, la de mayor circulación del virus.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel global, se estima que aproximadamente la mitad de la población mundial está actualmente en riesgo de contraer dengue y que se producen entre 100 y 400 millones de infecciones cada año. Vale aclarar que los desplazamientos y el cambio climático favorecen la proliferación del mosquito vector, el Aedes aegypti. Por ello, el principal desafío de los expertos es concientizar sobre la imposibilidad de predecir con exactitud la intensidad del próximo brote, que puede obedecer también a patrones geográficos, a la movilidad, a la urbanización desordenada y falta de infraestructura básica para el manejo de agua y residuos. 

Completar el esquema

“Aquellos que reciban la primera dosis en invierno y la segunda 90 días después, durante la primavera, llegarán a la temporada estival con la protección completa que brinda la vacuna”, afirmó el Dr. Pablo Bonvehí, jefe de Infectología del Hospital Universitario CEMIC, integrante del Depto. Científico de la Fundación Vacunar y miembro del Comité de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). Y remarcó que el 85,3% generó anticuerpos con la primera dosis, mientras que el 99,5% los generó después de la segunda aplicación.  

Si bien la primera dosis y la segunda de la vacuna tetravalente contra el dengue es exactamente igual, la Dra. Florencia Cahn, médica infectóloga, directora de vacunas de la Fundación Huésped y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), aclaró que “muchos creen que la segunda dosis de la vacuna funciona como un refuerzo, pero no es así; con una sola dosis, la protección a largo plazo es incompleta, por eso es fundamental aplicar la segunda, con un intervalo mínimo de tres meses”.

Para remarcar la importancia de iniciar los esquemas en épocas de frío, Bonvehí señaló: “Sabemos que en la demanda de vacuna la gente se mueve con percepción de riesgo. Y si bien para estas épocas no se habla mucho de dengue, hay que aprovechar los momentos de ‘silencio’, para no repetir lo que nos ocurrió el año pasado, cuando empezamos a vacunar en el medio de un brote”. 

Características de la vacuna

La vacuna tetravalente contra el dengue se basa en un virus atenuado derivado del serotipo DENV-2, modificado genéticamente para ofrecer inmunidad cruzada contra los otros tres serotipos. Su seguridad y eficacia están respaldadas por un robusto programa de evaluación que incluyó 20 estudios clínicos englobados en la mega investigación TIDES de la que participaron más de 20.000 personas durante 4,5 años en ocho países endémicos de América Latina y Asia.

Los resultados del TIDES mostraron una reducción del 84% en las hospitalizaciones por dengue y una disminución del 61% en los casos de dengue sintomático en la población vacunada. Estos beneficios se observaron tanto en personas que ya habían tenido dengue como en aquellas sin antecedentes previos de infección.

“Estamos hablando de una vacuna que, con dos dosis, reduce significativamente la probabilidad de cursar un cuadro clínico que requiera internación”, subrayó Bonvehí.

Infografía: desafiodengue.com (Takeda)

Por qué vacunar

• La infección por dengue presenta un espectro clínico que va desde cuadros asintomáticos (en especial durante el primer contagio) hasta formas graves con riesgo de muerte. 

• Las cifras indican que solo el 25% de los infectados presentan síntomas mientras que el 75% son asintomáticos. Pero el riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad se incrementa con una segunda infección, sobre todo si esta ocurre con un serotipo diferente al primero y la persona no está vacunada.

 • El comportamiento epidemiológico del dengue es impredecible y depende de múltiples factores: clima, presencia del vector, movilidad humana y prevalencia de serotipos, entre otros.

• Es importante vacunar porque “al no haber un antiviral específico, es muy importante la capacitación del equipo de salud en el manejo del paciente, en mantenerlo hidratado y aproximado al sistema de atención”, resaltó Bonvehí. 

• La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud coinciden en que la vacunación debe formar parte de una estrategia integral de control del dengue, que incluya también la eliminación de criaderos de mosquitos, la educación comunitaria, el monitoreo ambiental y la atención clínica oportuna.

• Enfermarse de dengue da inmunidad permanente de por vida contra el serotipo adquirido, pero inmunidad transitoria contra los otros tres serotipos. A la vez, puede haber riesgo de infección más grave contra los serotipos restantes. Por eso recomiendan aplicarse la vacuna a quien tuvo dengue. 

• Personas jóvenes y sanas pueden tener cuadros graves de dengue por su respuesta inflamatoria. 

• Los estudios revelan que la eficacia de la vacuna es similar entre los que tuvieron y no tuvieron dengue. Ahora se analiza si se debería dar algún tipo de refuerzo después de los 4,5 años de protección probados. También actualmente se conducen estudios de inmunogenecidad para mayores de 60 años. 

A quiénes vacunar

En Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) registró la vacuna a partir de los 4 años de edad, número que varía entre países (por ejemplo, en Indonesia, está autorizada desde los 6 años). Con todo, hay consenso sobre aquellas poblaciones que tienen contraindicada la vacunación: las mujeres embarazadas o en período de lactancia y las personas con inmunodeficiencias adquiridas o congénitas. En todos los casos, es imprescindible consultar con un médico de confianza antes de iniciar el esquema y presentar la receta para la administración de ambas dosis de la vacuna. 

¿Pero qué pasa con las personas mayores, cuando hablamos de una vacuna de virus vivo atenuado? El doctor Bonvehí compartió datos del Estudio de vigilancia pasiva sobre seguridad 2023-2024 de la vacuna contra el dengue TAK003, conducido en Argentina por la Fundación Vacunar. Sobre un total de 153.676 dosis administradas, solo se presentaron 302 ESAVI (Eventos Supuestamente Atribuibles a Vacunación e Inmunización) y la gran mayoría fue después de la primera dosis, sin diferencias significativas entre edades.

mosquito dengue

“Con estos datos empezamos a vacunar con más confianza a los mayores de 60 años que demandaban la vacuna, más si tenemos en cuenta que la gravedad del dengue es superior en las personas mayores, aunque la incidencia es menor, probablemente por un tema de que se exponen menos”, concluyó.