• ALTO grado de sospecha: dolor retroocular, ausencia de tos y rinorrea, trombocitopenia, aumento progresivo del hematocrito, leucopenia.
• MODERADO grado de sospecha: dolor abdominal, vómitos, escalofríos, hemorragias (incluye sangrado en piel, mucosas o ambas), mialgias y dolor óseo, artralgias, erupción cutánea.
• BAJO grado de sospecha: diarrea, elevación de las transaminasas.
En los niños hay mayor frecuencia de síntomas gastrointestinales (dolor abdominal, anorexia, vómitos) y erupción cutánea. En adolescentes hay que considerar el sangrado vaginal no asociado a la menstruación o un sangrado menstrual mayor al habitual.
Los factores que podrían modificar la evolución son la edad menor a un año, el embarazo y el antecedente de dengue previo.
También hay comorbilidades que agravan el contexto, como inmunosupresión, cardiopatía, insuficiencia renal crónica, obesidad mórbida, desnutrición moderada o grave, diabetes, hepatopatía crónica, alteraciones hemolíticas o anticoagulación, asma grave o enfermedad pulmonar obstructiva crónica grave (EPOC), encefalopatía crónica no evolutiva (ECNE). En los adolescentes es de cuidado la úlcera péptica, la gastritis crónica y la hipertensión arterial.
Los principales signos de alarma son los siguientes:
• Dolor abdominal intenso y sostenido
• Trastorno del sensorio
• Sangrado de mucosas
• Acumulación de líquidos
• Hepatomegalia de instalación brusca
• Vómitos persistentes
• Aumento progresivo del hematocrito
En los niños, la deshidratación es una complicación frecuente y requiere rehidratación temprana y seguimiento.
Son criterios de hospitalización los siguientes:
• Dengue con signos de alarma
• Dengue con criterios de enfermedad grave
• Intolerancia a la vía oral
• Dificultad respiratoria
• Acortamiento de la presión de pulso
• Hipotensión arterial
• Aumento del tiempo de llenado capilar
• Coagulopatía
• Insuficiencia renal aguda
• Embarazo
• Menores de 6 meses
En cuanto la laboratorio a solicitar, el hemograma basal es un complemento de la evaluación clínica en la primera consulta. Luego, hay que considerar un hemograma a las 48 horas de finalizada la fase febril.
Es clave evaluar el cuadro clínico y los recursos disponibles a nivel local al momento de solicitar exámenes complementarios para no demorar la atención de las personas.
Para la hidratación, en niños se puede emplear la fórmula de Holliday-Segar más 5 %:
• 4 ml por kg por hora para los primeros 10 kg de peso corporal.
• 2 ml por kg por hora para los siguientes 10 kg de peso corporal.
• 1 ml por kg por hora por cada kilogramo de peso corporal adicional.
• En adolescentes, hasta 3000 ml por día.
El tratamiento sintomático se hace con paracetamol o dipirona por vía oral a 10 mg/kg/dosis cada 6 hs en niños y se puede considerar el uso de antihistamínicos en caso de prurito.
De acuerdo con la tabla de clasificación por grupos de pacientes, se recomienda un seguimiento cada 48 horas hasta el alta en el grupo A y cada 24 horas en el grupo B1. En cada consulta habría que:
• Realizar evaluación clínica completa
• Considerar la presencia de comorbilidades, condiciones asociadas y vulnerabilidad social
• Reclasificar al paciente
• Dar pautas de seguimiento
• Brindar indicaciones y pautas de alarma por escrito
• Citar a un nuevo control
Serán criterios de alta:
• Ausencia de fiebre por más de 48 horas sin necesidad de antitérmicos.
• Buen estado general: buen apetito, estabilidad hemodinámica, diuresis normal o aumentada, sin dificultad respiratoria ni sangrados, entre otros.
• Mejoría en los parámetros de laboratorio evaluados, en caso de contar con los mismos.