Por Frederik Joelving
NUEVA YORK (Reuters Health) - La cirugía cardíaca y el uso de otros tratamientos invasivos crecieron significativamente entre los adultos mayores con infarto, informó el martes un equipo de investigadores de Canadá.
Además, la mortalidad al año de un infarto bajó casi un 10 por ciento entre 1996 y el 2006, según lo demuestran los datos de la población de adultos mayores de 80 años de los hospitales de Quebec.
"En la última década hicimos procedimientos en pacientes que alguna vez creímos que eran demasiado grandes para soportarlos", dijo el cirujano de tórax Mark R. Katlic, del Centro Médico Geisinger Wyoming Valley, en Pennsylvania, que no participó del nuevo estudio.
"Es un avance positivo", indicó, aunque advirtió que el estudio no prueba que el nuevo tratamiento haya disminuido la mortalidad.
Una investigación previa había revelado que los pacientes cardíacos de todas las edades en Estados Unidos son más propensos que los canadienses a someterse a procedimientos para eliminar obstrucciones coronarias.
El nuevo trabajo, publicado en Canadian Medical Association Journal y realizado por el equipo de Louise Pilote, de la McGill University, en Montreal, halló que, en una década, casi 30.000 octogenarios de Quebec habían sufrido un ataque cardíaco.
En 1996, la mayoría de los pacientes había recibido un tratamiento farmacológico estandarizado, con betabloqueantes y medicamentos para bajar el colesterol, y un porcentaje muy reducido había pasado por un procedimiento invasivo.
Pero una década después, esa cifra cambió: un cuarto de todos los pacientes tuvo una angioplastia, un procedimiento para "limpiar" las arterias obstruidas causantes del infarto.
En 1996, casi la mitad de los pacientes murió al año del infarto, mientras que en el 2006 murieron menos de cuatro de cada 10 pacientes.
Esa reducción de la mortalidad sólo se observó en los pacientes tratados con técnicas invasivas, lo que sugiere que esos tratamientos extenderían la supervivencia. Pero también podría influir un cambio en el manejo médico de estas personas.
Los infartos causan cada año la muerte de más de 400.000 personas en Estados Unidos, según la Asociación Estadounidense del Corazón, mientras que la enfermedad coronaria es la principal causa de deceso.
Katlic, que escribió un editorial sobre el estudio, consideró importante tener en cuenta el costo de los procedimientos, que llega a decenas de miles de dólares. Si bien los fármacos no son tan costosos, dijo que se desconocen si son tan efectivos en la prevención de un segundo infarto.
"Deberíamos estudiar si la calidad de vida también mejora con esos procedimientos", concluyó el experto.
FUENTE: Canadian Medical Association Journal, online 3 de agosto del 2010