Riesgos del estilo de vida

Las infecciones son la principal causa de consulta al ginecólogo

Afectan a mujeres de todas las edades. Hay más casos por el estilo de vida actual.

Fuente: Clarin.com

Lo dicen los especialistas: no hay ninguna mujer que, al menos en algún momento de su vida, no la haya tenido. Y, en consecuencia, sufrido las molestias que genera: irritación, picazón, flujo intenso. La infección vulvovaginal es un enemigo femenino. Puede tratarse y no es grave, pero sí extremadamente frecuente. Representa al menos el 60% de las consultas ginecológicas por fuera del control anual, y su incidencia crece por los cambios en el estilo de vida.

El uso de jeans muy ajustados, no renovar los tampones con frecuencia, la ropa interior sintética, los protectores perfumados, la actividad sexual sin protección, el papel higiénico con colorantes y el estrés integran la lista de factores que inciden en el aumento de las vulvovaginitis. “Tiene que ver con el estilo de vida –afirma Miguel Huespe, jefe de Ginecología del Hospital Santojanni–. El ecosistema del tracto genitourinario favorece el desarrollo de una flora rica en lactobacilus, que crean un ambiente hostil para los patógenos. Si ese equilibrio se altera, se desarrollan gérmenes”.

La clave para que no se altere ese equilibrio está en el pH. Este indicador determina el grado de acidez o alcalinidad. La piel de nuestro cuerpo tiene diferentes valores dependiendo del lugar. En una escala que va de 0 a 14, cuanto más bajo es el valor, más ácido (el limón tiene un pH de 2,4), 7 es considerado neutro (como el agua) y 14 alcalino (como los jabones de tocador). La vagina tiene un pH ácido (4).

“El flujo es normal, pero algunas mujeres se sienten molestas y por eso se lavan excesivamente con jabones desinfectantes, y así barren la poca defensa que le queda a la vagina”, detalla Susana Pilnik, de la Sociedad Argentina de Endocrinología Ginecológica. La higiene, coinciden los especialistas, es importante, pero debe ser realizada de manera correcta: con jabones neutros (de glicerina o el blanco para la ropa) o de un pH ácido, y previo lavado de manos. También hay que higienizarse luego de las relaciones sexuales sin protección. “El semen es alcalino y disminuye la acidez de la vagina”, señala Pilnik. Y agrega: “Las mujeres salen a las siete de la mañana y vuelven a las ocho de la noche, pasan muchas horas sentadas, no se higienizan y usan protectores en su afán de no tener secreciones”.

Analía Tablado, de la Comisión Científica de la Sociedad de Ginecología Infanto Juvenil, apunta que las infecciones alcanzan también a las más chicas. “Por eso es muy importante enseñarles las pautas de higiene, como el lavado y la limpieza de adelante hacia atrás cuando van al baño”, remarca. En el embarazo, las infecciones vulvovaginales aumentan por los cambios hormonales, factor que también eleva la incidencia en la menopausia. “Es un problema que se repite toda la vida”, sintetiza Tablado.

Consejos

Higienizarse diariamente y evitar jabones de tocador.

No utilizar prendas muy ajustadas o de materiales sintéticos.

La mejor ropa interior es la de algodón. Debe lavarse muy bien, sin dejar residuos de jabón.

No se recomienda usar desodorantes íntimos.

Al depilarse, no retirar todo el vello púbico, debido a que éste cumple una función protectora de los genitales.

Evitar piercings o tatuajes en el área genital.

Usar toallas higiénicas que no contengan perfumes ni aditivos y cambiarlas cada 4 a 6 horas. Los tampones también deben cambiarse con esa frecuencia, y hay que lavarse las manos antes de colocarlos.