Por Genevra Pittman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Hacerles un "test del muffin" a las personas con riesgo de tener diabetes ayudaría a los médicos a diagnosticar la enfermedad y sus signos de alarma.
Los exámenes para detectar la diabetes y su precursor, la intolerancia a la glucosa, ponen a prueba cómo el organismo utiliza la glucosa, que es un tipo de azúcar.
En una prueba común, llamada test oral de tolerancia a la glucosa, el paciente ayuna durante una noche y luego bebe una solución azucarada mientras los médicos controlan cómo reacciona el organismo y cuánto azúcar circula en la sangre.
Los autores del nuevo estudio indagaron si las personas preferirían comer un muffin en lugar de tomar la bebida azucarada y si eso les daría a los médicos más información sobre cómo se comporta el organismo con comida real.
"A las mujeres les disgusta hacerse exámenes" con el test oral de tolerancia a la glucosa, indicó el coautor del estudio, doctor Michael Traub, del Colegio de Medicina Albert Einstein, en Nueva York. "No es un test placentero", agregó.
Los resultados sugieren que el test del muffin permitió diagnosticar a mujeres con alteración de la tolerancia a la glucosa y que fue más económico que la prueba con la bebida azucarada. Pero un investigador ajeno al estudio cuestionó la conveniencia del test con un alimento horneado.
"Estandarizar un muffin en Estados Unidos y el mundo sería un desafío", sostuvo el doctor William Herman, director del Centro de Investigación y Entrenamiento en Diabetes de Michigan, en Ann Arbor.
Utilizar una bebida azucarada, según opinó, es "más conveniente. Las soluciones con glucosa tienen una vida prolongada. Sabemos qué contienen", agregó.
El estudio incluyó a 73 mujeres de 40 y 50 años. Después de ayunar toda la noche, recibieron un muffin de una panadería local y con distintos sabores: con trocitos de chocolate, maíz y arándano. A las dos horas, el equipo de Traub les midió la glucosa en sangre para determinar cómo el organismo había utilizado el azúcar de alimentos horneados.
A un subgrupo de 12 mujeres también se le realizó el test oral de tolerancia a la glucosa.
Según el test del muffin, ocho de las 73 participantes tenían una alteración de la tolerancia a la glucosa. A más de la mitad se la habría pasado por alto con un test estandarizado en ayunas, publica el equipo en la revista Menopause.
El test del muffin también identificó signos de diabetes temprana en dos mujeres del subgrupo de 12 participantes. El test oral de uso habitual detectó sólo a una de ellas.
El equipo destacó que un muffin, que cuesta 1 dólar, es más económico que la botella de solución azucarada. Además, ninguna participante tuvo problemas estomacales, como a veces provoca la solución. Aun así, Herman duda de la utilidad del test del muffin.
Por ahora, aseguró que el uso de fármacos o brindar consejos para adelgazar y hacer ejercicio retrasaría o evitaría la aparición de la diabetes en personas con signos tempranos de intolerancia a la glucosa.
FUENTE: Menopause, online 19 de septiembre del 2011