Por Bill Berkrot
NUEVA YORK (Reuters) - Más de 100 años después de que los científicos atisbaran por primera vez el potencial de explotar el sistema inmune para combatir el cáncer, los principales médicos del sector esperan que el concepto finalmente arroje resultados a gran escala en uno o dos años.
Dos medicamentos basados en la inmunoterapia ya están en el mercado y han cosechado resultados mixtos.
Yervoy de Bristol-Myers Squibb ha sido alabado como un gran avance contra el melanoma desde su aprobación el año pasado, mientras que Provenge de Dendreon, una vacuna contra el cáncer de próstata, se ha visto mermada por errores en la gestión y la renuencia de los médicos a adoptar una terapia de difícil administración que lleva dos años en el mercado.
Ambos son considerados precursores de un tratamiento revolucionario que podría obtener una cuota significativa del mercado global para fármacos oncológicos, alcanzando los 75.000 millones de dólares (más de 51.000 millones de euros) en el 2015, según IMS Health.
Decenas de nuevas vacunas de inmunoterapia y otros modificadores del sistema inmune están siendo probados para una variedad de tipos de cáncer.
"Hemos entrado en una nueva era en la que las terapias inmunes pueden ser reconocidas como un componente importante del tratamiento contra el cáncer", señaló el doctor Glenn Dranoff, codirector del Centro de Vacunación contra el Cáncer Dana-Farber en Boston.
"Ciertamente hay más emoción y más confianza en este campo que nunca antes", agregó.
Al menos una decena de terapias van a obtener datos de ensayos clínicos en fases medias o finales en los próximos 12 meses y algunos expertos creen que los resultados serán un punto clave para el sector, conforme aumenten los éxitos clínicos.
"Varios van a tener (éxito). Una vez que reciban la aprobación de la FDA, serán usados cada vez más", dijo Jeffrey Schlom, responsable del Laboratorio de Inmunología y Biología del Tumor del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
Entre los tratamientos esperados está una vacuna contra el cáncer de próstata de la danesa Bavarian Nordic, una vacuna contra el cáncer de pulmón de GlaxoSmithKline y una contra el melanoma de Amgen.
Otros que están avanzados en sus terapias son Vical Inc y NewLink Genetics.
El concepto de usar el sistema inmunológico contra el cáncer se remonta a la década de 1890 cuando el doctor William Coley, un cirujano de Nueva York, indicó que algunos pacientes que sufrieron infecciones tras una operación quirúrgica por cáncer les iba mejor.
Conjeturó que la respuesta inmune desencadenada por la infección también contribuía a curar el cáncer.
"Aunque la idea de una vacuna o inmunoterapia contra cáncer lleva rondando al menos 100 años, ahora sabemos mucho más sobre qué se requiere para generar una respuesta inmune contra el cáncer más efectiva que nunca antes", dijo Dranoff.
La nueva comprensión de cómo funcionan las inmunoterapias podrían conllevar revisar la definición de éxito clínico.
Aunque ampliar la esperanza de vida es el estándar básico, la mayoría de los ensayos contra el cáncer se han considerado un éxito si el tumor mengua o si un tratamiento retrasa el crecimiento del tumor o el empeoramiento de la enfermedad, conocido como supervivencia libre de progresión.
Pero Provenge y Yervoy han ampliado la tasa de supervivencia sin modificar necesariamente la supervivencia libre de progresión o sin reducir un tumor en muchos casos.
"La supervivencia general es un indicador preciso. Los tumores podrían aparentar ser mayores porque están llenos de células inmunes, por lo que parecen peor de los que son", indicó el doctor Jedd Wolchok, director de los ensayos clínicos de inmunoterapia en el Centro contra el Cáncer Memorial Sloan-Kettering en Nueva York.