Por James y E. y Barone
NUEVA YORK (Reuters Health) - Una revisión de los resultados de 47 colecistectomías transvaginales consecutivas realizadas por un solo cirujano demuestra que la cirugía no altera la función sexual.
El autor principal, doctor Kurt E. Roberts, dijo que aún realiza el procedimiento con el protocolo aprobado por el Comité de Protección de las Personas (IRB, por su nombre en inglés), pero que percibe que pronto se estandarizará.
El estudio, publicado en JAMA Surgery, se realizó en la Facultad de Medicina de Yale, New Haven, Connecticut. Con una técnica híbrida, se utilizó un puerto de 5 mm a través del ombligo para poder observar el paso seguro del puerto de 12 mm a través del fórnix posterior de la vagina (el video se puede ver en http://bit.ly/11YVIxb).
Las mujeres tenían 39 años y un IMC de 31 en promedio. Recuperaron la actividad habitual en seis días y regresaron al trabajo en ocho días.
El protocolo imponía que las mujeres respondieran dos cuestionarios (SF-36 y el Indice de Función Sexual Femenina) antes de la cirugía y a uno y tres meses de la intervención.
Sólo 32 de las 47 pacientes respondieron el cuestionario a los 30 días de la cirugía y 25 lo hicieron a los tres meses. El doctor Hamid Mofid, cirujano del Hospital Israelita de Hamburgo, Alemania, y que no participó del estudio, dijo por e-mail que "el estudio está bien redactado, pero que no incluyó suficientes pacientes", que casi la mitad de las pacientes no respondió el cuestionario de seguimiento a los tres meses y que la falta de un grupo control debilita los resultados, como también lo señalaron los autores.
El 80 por ciento de las mujeres eran sexualmente activas al momento de los tres controles. La cirugía no tuvo efecto alguno en la función sexual, mientras que el deseo y la satisfacción sexuales mejoraron significativamente después de la intervención (p=0,02 para ambos).
Mofid comentó: "Nuestra última publicación incluyó 222 pacientes con una tasa de seguimiento del 90 por ciento. No tuvimos casos de disfunción sexual o dispareunia".
En cuanto a la calidad de vida general, el SF-36 reveló una mejoría significativa de la función física, la energía y la fatiga, el bienestar emocional, el dolor y la salud general. También mejoraron otras áreas en los casos en que también se extirpó la vesícula biliar enferma mediante laparoscopia estándar.
No todas las mujeres aceptaron realizarse la colecistectomía transvaginal, pero hay centros de Europa donde el 70 por ciento de las mujeres accede a la cirugía, según citó Mofid, que sostiene que la aceptación depende de la forma en que se explica la intervención.
En la práctica, "la aceptación es del 50 por ciento", dijo Roberts.
La doctora Juliane Bingener-Casey, de la Clínica Mayo, Rochester, Minnesota, consideró que "la población estudiada es joven, saludable y con una excelente calidad de vida previa a la cirugía, superior a la de la paciente promedio. Todo eso impide generalizar los resultados".
Cuando Bingener-Casey, que tampoco participó del estudio, estudió con otros coautores las actitudes de las mujeres hacia la cirugía transvaginal, observó una aceptación para los procedimientos ginecológicos, pero no para las intervenciones gastrointestinales. Y las mujeres con más educación formal eran menos propensas a aceptar la cirugía gastrointestinal transvaginal.
Roberts no coincidió. "Vi lo opuesto. Las mujeres con alto nivel educativo, que quieren volver antes al trabajo, llegan a mi consultorio desde otras ciudades porque me encontraron en Internet." Comentó que las mujeres con menos nivel educativo tienden a optar por el procedimiento estándar que utilizaron sus familiares y amigas.
"La colecistectomía transvaginal es una técnica alternativa a la colecistectomía laparoscópica", dijo Mofid. Su ventaja principal es el resultado cosmético, ya que no deja cicatrices. "Luego de seis años de uso de la colecistectomía transvaginal en Europa se podría decir que las pacientes no deberían tener miedo de padecer disfunción sexual postquirúrgica."
FUENTE: http://bit.ly/10EYTm6