No. No nos están proponiendo a un viaje atrás en el tiempo. Es cierto que la lepra, causada por el bacilo Mycobacterium leprae, afecta a la humanidad, como mínimo, desde hace al menos 4.000 años. La prueba de ello —los restos óseos de un varón adulto de unos 30 años con señales de haberla padecido— fue encontrada en 2009 en una excavación arqueológica en India; la datación por medio de radiocarbono la ubicó entre 2500 y 2000 a. C.
Pero no es menos cierto el último informe de la OPS: “En 2023 se notificaron 182.815 nuevos casos de lepra a nivel mundial, de los cuales el 13,6% fueron reportados en la Región de las Américas”. Señala también el texto: “Antes de la pandemia de COVID-19, se registraban anualmente alrededor de 30,000 nuevos casos en las Américas, una cifra que disminuyó significativamente durante la pandemia, pero que en 2023 ha vuelto a incrementarse, alcanzando aproximadamente 25.000 casos”. En otras palabras: la lepra sigue siendo muy actual; de hecho, el domingo 26 de enero se conmemoró el Día Mundial de la Lepra, bajo el lema “En equipo podemos vencer a la lepra… sin estigma ni discriminación".
"Para eliminar la lepra no sólo es necesario renovar el compromiso político y el acceso a servicios para tratarla, sino también sensibilizar a la población. El estigma contribuye a que se dude en buscar tratamiento, lo que pone a las personas en riesgo de sufrir discapacidades y hace que la transmisión continúe ", advertía ya el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreysus, en el comunicado de la conmemoración del año pasado.
Datos de algunos países latinoamericanos
Según el documento de la OPS, de ese 13,6 % reportado en las Américas, más del 90% de los casos se concentran en Brasil, que además ocupa el segundo lugar a nivel mundial en número de casos reportados, por detrás de India. Más concretamente, y según informó Agência Brasil, la agencia de noticias del gobierno brasileño, solo entre enero y noviembre de 2023, el país registró 19.219 nuevos casos de lepra. “Aunque estos datos son preliminares, muestran un aumento del 5% en comparación con el mismo período de 2022”, señala la noticia.
En Argentina, por medio del Boletín sobre tuberculosis y lepra de marzo de 2024, el Ministerio de Salud señalaba que el país integra el colectivo de naciones en los que se considera que hay “alta carga de enfermedad de lepra”, y reportaba “una cantidad aproximada de 400 casos anuales en tratamiento”. En concreto, durante 2022 se registraron 343 personas en tratamiento, lo que representó una disminución del 3,92% respecto del año previo. “Con estos datos, Argentina sostiene la meta de eliminación de la lepra como problema de salud pública (menos de 1 caso cada diez mil habitantes). Sin embargo, la situación es heterogénea, ya que existen bolsones epidemiológicos a nivel subnacional, donde esta meta no se alcanza”, resaltaba el boletín. “Es necesario fortalecer las acciones preventivas y de difusión sobre la lepra como también la búsqueda activa en poblaciones de riesgo para acceder al diagnóstico oportuno, precoz y de calidad”, agregaba.
México, por su parte, logró bajar de 128 a 119 el número de casos nuevos entre 2022 y 2023, según informó en el sitio de la Secretaría de Salud el jefe de la sección de Micología del Hospital General “Manuel Gea González”, Roberto Arenas Guzmán. Con esa disminución, cerró 2023 con un aproximado de 300 casos en prevalencia, es decir, las personas que se infectaron por primera vez y las que están en tratamiento, que se encuentran distribuidas en 18 de los 32 estados en los que está dividido el país del país.
En Colombia los datos son más recientes: según el Sistema de Vigilancia en Salud Pública, durante 2024, se registraron 249 casos de lepra, de los cuales, el 87,1 % (217) fueron casos nuevos; el 9,2 % (23), recaídas, y el 3,6 % (9) retratamientos por pérdida de seguimiento. Estos números implican, comparación con 2023, una reducción promedio del 5 % en los tipos de ingreso, e implican, además, un descenso del 35 % en la notificación de casos en comparación con el promedio de los cinco años anteriores. Por su parte, la incidencia de casos nuevos se situó en 0,41 por cada 100,000 habitantes, lo que también ubica a Colombia cumpliendo con la meta de eliminación de la OMS.