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Las dietas personalizadas para el síndrome del intestino irritable y lo que hoy no se recomienda

Distinguir lo relevante en la avalancha de noticias científicas es difícil. En IntraMed, destacamos algunos avances de las últimas semanas que podrían tener impacto futuro en la práctica clínica.

Autor/a: Leonardo Biolatto

Fuente: IntraMed

Sabemos que el tiempo es valioso y que estar al día con los desarrollos más relevantes en salud puede ser un desafío. Por ello, esta selección es una guía curada de noticas que, en el futuro próximo, pueden convertirse en realidad para el ejercicio de los profesionales de la salud.

Dietas a medida a partir de un examen de sangre

Fuente: A Novel, IBS-Specific IgG ELISA-Based Elimination Diet in Irritable Bowel Syndrome: A Randomized, Sham-Controlled Trial

Investigadores de Michigan Medicine y la Clínica Cleveland realizaron un estudio multicéntrico y aleatorizado para probar la eficacia de una dieta personalizada basada en una prueba de anticuerpos IgG para pacientes con SII. El test detecta niveles elevados de anticuerpos IgG ante 18 alimentos comunes, que serían marcadores de una posible reacción inflamatoria.

La investigación incluyó a 238 pacientes con diagnóstico de SII, distribuidos en ocho centros académicos de Estados Unidos. Todos los participantes realizaron el test y luego fueron asignados a dos grupos: uno que eliminó los alimentos a los que reaccionaron con altos niveles de IgG y otro que siguió una dieta simulada, eliminando alimentos similares, pero no exactamente los que mostraron reacción.

El 59,6 % de los pacientes que siguieron la dieta basada en el análisis de sangre alcanzaron el estándar de la FDA para reducción del dolor abdominal. En contraste, solo el 42,2 % del grupo de control experimentó mejoras similares.

Los beneficios fueron aún más pronunciados en pacientes con subtipos de SII mixto (diarrea y estreñimiento) y SII con estreñimiento, entre quienes las tasas de respuesta alcanzaron el 66 % y 67,1 %, respectivamente, en comparación con el 29,5 % y 35,8 % en el grupo control.

Actualmente, las estrategias dietéticas más utilizadas para el SII, como la dieta baja en FODMAP, exigen restricciones amplias y difíciles de mantener. El enfoque basado en IgG permitiría una intervención mucho más específica, limitando solo los alimentos que realmente podrían estar causando inflamación.

La dieta supera a los medicamentos en el tratamiento del SII

Fuente: A low FODMAP diet plus traditional dietary advice versus a low-carbohydrate diet versus pharmacological treatment in irritable bowel syndrome (CARIBS): a single-centre, single-blind, randomised controlled trial

Un estudio liderado por científicos de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo encontró que más del 70 % de los pacientes que realizaron ajustes dietéticos presentaron una mejora significativa de los síntomas de SII, superando los resultados obtenidos con medicamentos.

El estudio involucró a 300 adultos con síntomas moderados o severos de SII y comparó tres tipos de tratamiento durante un periodo de cuatro semanas. Los pacientes fueron divididos en tres grupos:

  1. Dieta tradicional para el SII combinada con bajo consumo de FODMAPs.
  2. Dieta baja en carbohidratos y rica en proteínas y grasas.
  3. Tratamiento farmacológico ajustado al síntoma predominante del paciente, ya sea dolor, distensión, diarrea o estreñimiento.

Los resultados fueron contundentes: el 76 % de quienes siguieron la dieta tradicional combinada con bajo contenido de FODMAPs reportaron una reducción significativa de los síntomas. En el grupo de dieta baja en carbohidratos, el 71 % experimentó mejoras similares. En contraste, solo el 58 % del grupo tratado con medicamentos logró un alivio clínicamente relevante.

Una ventaja significativa del enfoque dietético es su impacto prolongado. En un seguimiento realizado seis meses después del tratamiento, cuando muchos pacientes habían vuelto parcialmente a sus hábitos alimenticios anteriores, el 68 % del grupo FODMAP y el 60 % del grupo bajo en carbohidratos seguían reportando una mejoría clínicamente significativa.

El trasplante de microbiota fecal es efectivo en varias circunstancias, pero no en el SII

Fuente: AGA Clinical Practice Guideline on Fecal Microbiota–Based Therapies for Select Gastrointestinal Diseases

La Asociación Americana de Gastroenterología ha publicado su primera guía oficial basada en evidencia científica sobre el uso de terapias con microbiota fecal para enfermedades gastrointestinales. Según la organización, el transplante de microbiota fecal (TMF) debe considerarse estándar para la mayoría de los pacientes con infecciones recurrentes por Clostridium difficile.

La guía de la AGA establece indicaciones específicas para la terapia:

  • Pacientes con dos o más recaídas de infección por C. difficile tras un ciclo completo de antibióticos estándar.
  • Pacientes hospitalizados con infección grave por C. difficile que no mejoran con antibióticos.
  • Pacientes en riesgo elevado de recaída, a quienes se les puede ofrecer la TMF después de completar su tratamiento antibiótico.

El único grupo excluido de esta recomendación son los pacientes inmunodeprimidos severos.

Además del TMF tradicional mediante colonoscopia, la guía incluye alternativas aprobadas recientemente por la FDA, como la microbiota fecal viva administrada vía enema y las esporas vivas de microbiota en cápsulas orales.

Aunque el éxito en infecciones por C. difficile es casi indiscutible, la institución advierte que no debe utilizarse como tratamiento para el SII ni para enfermedades inflamatorias intestinales, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, fuera del contexto de un ensayo clínico.