En el marco de la resistencia a los antibióticos, que se convirtió en un tema de alarma para la salud pública, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el fármaco gepotidacina para combatir infecciones urinarias no complicadas, causadas por bacterias como E. coli, Klebsiella pneumoniae, Citrobacter freundii complex, Staphylococcus saprophyticus y Enterococcus faecalis.
El nuevo tratamiento está dirigido a mujeres desde los 12 años y responde a una necesidad urgente del mercado y del mundo asistencial: opciones terapéuticas eficaces frente a la resistencia bacteriana. Más del 50 % de las mujeres experimentarán una infección urinaria en algún momento de su vida, lo que hace que el medicamento pueda tener un impacto masivo.
A su vez, se esperan resultados de ensayos clínicos en curso para determinar la utilidad del antibiótico en el tratamiento de la gonorrea. Según algunos avances, podría no ser inferior a la ceftriaxona más la azitromicina para la gonorrea urogenital por N. gonorrhoeae, lo que ofrecería la opción de utilizarla para la gonorrea urogenital no complicada.
La eficacia del fármaco se puso a prueba a través de los estudios Eagle-2 y Eagle-3, comparándolo con el antibiótico nitrofurantoína durante cinco días de tratamiento. En Eagle-2, el nuevo medicamento demostró ser no inferior a su competidor, con un 50,6 % de éxito terapéutico frente al 47 % de la nitrofurantoína. Pero fue Eagle-3 donde marcó diferencia: alcanzó un 58,5 % de éxito frente al 43,6 % de la nitrofurantoína.
A diferencia de otros antibióticos, la gepotidacina actúa con un mecanismo que le es exclusivo: inhibe la replicación del ADN en bacterias como E. coli, lo que lo hace menos vulnerable a la resistencia antimicrobiana generalizada. Este mecanismo actúa sobre el ADN circular único de la E. coli durante su proceso de transcripción, lo que reduce las probabilidades de que la bacteria desarrolle resistencia con facilidad. En términos técnicos, es un inhibidor de la topoisomerasa bacteriana tipo II de la triazaacenaftileno.
El fármacos estará disponible en el mercado en la segunda mitad de 2025. Será uno de los lanzamientos comerciales clave para Estados Unidos. Aunque se esperan novedades en el campo de los anticuerpos conjugados y los biológicos, un antibiótico con incidencia clínica real es algo notorio.
La gepotidacina podría saltar al campo de las infecciones de transmisión sexual si se confirman sus buenas performances en los ensayos clínicos sobre gonorrea. En paralelo,se está trabajando para que también haya una opción oral para infecciones urinarias complicadas.
Aunque el desarrollo de antibióticos suele estar relegado por su baja rentabilidad en la industria farmacéutica, los resultados de los ensayos Eagle fueron hitos que requirieron mucho trabajo, según los investigadores. En especial, por lo desafiante que es innovar en este campo concreto.