Entrenamiento para atenuar la disrregulación

La biorretroalimentación aliviaría la constipación crónica

Estreñimiento crónico por "defecación disinérgica".

Fuente: Medlineplus

Por Howard Wolinsky

NUEVA YORK (Reuters Health) 

El entrenamiento en biorretroalimentación beneficiaría a las personas con estreñimiento crónico por "defecación disinérgica", según un nuevo estudio.

Las personas que padecen esa enfermedad no pueden vaciar los intestinos porque los músculos del recto y del ano están fuera de sincronización. Por lo tanto, cuando quieren mover los intestinos, estos no se vacían o no lo hacen completamente.

La biorretroalimentación enseña cómo hacer que los músculos intestinales y anales funcionen normalmente para poder defecar adecuadamente.

El equipo de Satish Rao, de los Hospitales y Clínicas de la Universidad de Iowa, halló que la biorretroalimentación con sensores de control de los intestinos y el ano puede ayudar a los adultos con ese tipo de constipación crónica a aprender a recuperar el movimiento intestinal normal.

Si bien un estudio previo del mismo equipo había demostrado un beneficio de hasta tres meses, el nuevo trabajo halló beneficios de hasta un año de duración.

Rao, que es gastroenterólogo, dijo a Reuters Health por vía telefónica que esa constipación crónica se conoce desde hace 15 años y afecta a más de 10 millones de estadounidenses.

Por motivos que se desconocen, es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres e interfiere en la vida social y laboral de las personas.

"La defecación disinérgica está demasiado subdiagnosticada y mal tratada. Muchos médicos ignoran que existe o cómo manejarla", dijo Rao.

El equipo comparó los resultados anuales del entrenamiento en biorretroalimentación con los del tratamiento estandarizado en 26 pacientes con el trastorno.

Todos recibieron información sobre el movimiento intestinal, los ejercicios y las técnicas de respiración, el uso de laxantes y la importancia de una dieta rica en fibra.

Se los alentó también a tratar de mover el intestino durante cinco minutos, dos veces por día, media hora después de comer, tuvieran o no necesidad de defecar.

Trece pacientes recibieron seis sesiones de biorretroalimentación los primeros tres meses y, luego, sesiones de refuerzo con intervalos de tres meses.

Durante el entrenamiento, se coloca una sonda con sensores en el recto para detectar las señales musculares que se proyectan en un monitor. Mientras está en el baño, la persona puede ver cómo esos músculos se contraen o se relajan.

Con esa retroalimentación visual, aprende a coordinar los músculos para mejorarlos.

En los pacientes tratados con biorretroalimentación aumentó significativamente la cantidad de movimientos y patrones intestinales normales, lo que no ocurrió en los 13 pacientes del grupo de control tratados sin biorretroalimentación, publicó American Journal of Gastroenterology.

El 30 por ciento del grupo tratado con biorretroalimentación dejó de tomar laxantes, lo que no ocurrió en el grupo de control en la evaluación al año del estudio.

Rao opinó que los estudios controlados, como el que acaba de publicar, ayudarán a que las aseguradoras de salud cubran la terapia. "Es muy difícil atender a pacientes que podrían beneficiarse con la terapia, pero el seguro no se los cubre", dijo Rao.

FUENTE: American Journal of Gastroenterology, online 23 de febrero del 2010.