Introducción y objetivos
Se estima que cerca del 50% de los adultos mayores que sufren trastorno depresivo mayor (TDM) no responde adecuadamente al tratamiento con antidepresivos. La respuesta parcial se asocia con una afectación del desempeño psicosocial y con un aumento del riesgo de recaídas y de mortalidad. Este problema se suma a la falta de consenso respecto del tratamiento de este tipo de pacientes.
Una de las alternativas propuestas en caso de respuesta incompleta es el empleo de antipsicóticos atípicos como complemento del tratamiento antidepresivo. Dicha alternativa se encuentra fundamentada en el efecto de los antipsicóticos sobre los sistemas serotoninérgico y dopaminérgico, involucrados en la fisiopatología de la depresión y la ansiedad. Según lo informado, la administración de olanzapina, risperidona o quetiapina es de utilidad en caso de depresión de difícil tratamiento. No obstante, no existen estudios sobre la eficacia y la tolerabilidad del empleo de antipsicóticos en pacientes mayores con TDM.
Según lo hallado en estudios efectuados en pacientes jóvenes y adultos con TDM, el agregado de aripiprazol al tratamiento antidepresivo puede ser útil para alcanzar una respuesta adecuada. Concretamente, el agregado de aripiprazol al esquema terapéutico se asoció con un aumento significativo de los índices de remisión en comparación con el agregado de placebo. Los estudios sobre la utilidad del aripiprazol en pacientes con TDM que no responden al tratamiento antidepresivo efectuados en adultos mayores son escasos, aunque los resultados obtenidos hasta el momento son promisorios.
Los autores del presente estudio propusieron que la administración de aripiprazol puede ser una opción efectiva y bien tolerada para los adultos mayores con TDM que no respondieron adecuadamente al tratamiento secuencial con un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) y un inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN). Entre las ventajas del aripiprazol se menciona su probabilidad baja de generar efectos anticolinérgicos y aumento ponderal.
Pacientes y métodos
Se incluyeron 24 pacientes de 65 años en adelante, participantes del estudio abierto Manteinance Therapies in Late-Life Depression (MTLD-III). Todos los participantes presentaban depresión mayor unipolar sin síntomas psicóticos. El diagnóstico se corroboró mediante la Structured Clinical Interview for DSM-IV (SCID). El puntaje mínimo en la Folstein Mini Mental State Examination (MMSE) debía ser 18. Los participantes debían presentar una respuesta nula o parcial al tratamiento antidepresivo, objetivada mediante la 17-item Hamilton Depression Rating Scale (HAMD-17). Dicho tratamiento consistió en la administración de escitalopram durante 16 semanas, seguida por la administración de duloxetina o venlafaxina durante 12 semanas.
Se recavó información sobre las características demográficas y los antecedentes clínicos de los pacientes y se llevó a cabo un examen físico. Además, se valoró el nivel inicial de depresión y ansiedad mediante la HAM-D-17 y el Brief Symptom Inventory (BSI), respectivamente, y se evaluó el peso corporal. Por último, se aplicó la UKU Side Effect Rating Scale (UKU). La acatisia es un efecto adverso habitual de los antipsicóticos atípicos al que se prestó especial atención. Del mismo modo, se evaluó la aparición de agitación.
Los pacientes que recibieron terapia complementaria con aripiprazol tenían una media de edad de 73.9 años. El 58.3% era de sexo femenino y el 75% tenía antecedentes de ansiedad. Al inicio del tratamiento con aripiprazol, el 70.8% y el 29.1% presentaban un puntaje de 15 o mayor y de 11 a 14, respectivamente. Dicho puntaje se correspondió con la ausencia de respuesta o con la respuesta parcial al tratamiento antidepresivo, respectivamente. Asimismo, el puntaje medio de la HAM-D, de la subescala de ansiedad del BSI y de la escala UKU fue 18, 1.4 y 13.4, respectivamente. La gran mayoría de los participantes presentaron un puntaje de 26 o mayor en la MMSE. La dosis de aripiprazol fue aumentada de manera paulatina desde 2.5 hasta 15 mg/día, sin modificar la dosis del antidepresivo. En cada consulta se evaluó el consumo de alcohol y el cumplimiento terapéutico.
Resultados
El 79% de los participantes completó las 12 semanas de tratamiento complementario con aripiprazol y en el 50% de los casos se verificó la remisión del cuadro depresivo. En coincidencia, el puntaje de la HAM-D disminuyó de manera significativa durante el tratamiento con aripiprazol. El 8% de los participantes interrumpió el tratamiento debido a la aparición de sedación y acatisia. Los resultados de la escala UKU indicaron que la frecuencia de efectos adversos fue inferior durante el tratamiento complementario con aripiprazol en comparación con lo observado durante la monoterapia antidepresiva. No obstante, se observó un aumento del puntaje de la subescala de efectos adversos neurológicos.
El 25% de los participantes presentó un puntaje indicativo de acatisia en la escala UKU. Sin embargo, en la mayoría de los casos, dicho efecto adverso fue leve o transitorio. Asimismo, el 75% de los participantes presentó un aumento al menos leve del puntaje del ítem de la BSI correspondiente a la agitación. La evaluación clínica de los participantes indicó una disminución del nivel de agitación durante el periodo inicial del tratamiento con aripiprazol y un aumento posterior al aumentar la dosis del antipsicótico hasta 15 mg/día. Dicho efecto adverso relacionado con la dosis afectaría el efecto terapéutico del aripiprazol. En general, la acatisia fue leve y transitoria y provocó la interrupción del tratamiento en escasas oportunidades. Estos resultados coinciden con lo informado en estudios anteriores efectuados en adultos jóvenes o ancianos con depresión resistente al tratamiento.
Se observó un caso de aumento significativo del nivel plasmático de lípidos, pero no se verificaron aumentos significativos de la glucemia. Estos resultados permiten sugerir que la aparición de efectos adversos metabólicos es infrecuente al administrar aripiprazol. En cuanto al aumento ponderal, el 60% de los pacientes aumentó menos de 2 kg y el 40% más de 3 kg. Es necesario determinar a qué se debió la variabilidad de los resultados y si el aumento ponderal se asoció con un aumento de la cantidad de tejido adiposo o con el incremento de la proporción de masa magra asociado con la remisión del cuadro depresivo.
Un total de 12 pacientes logró la remisión del cuadro depresivo y continuó el tratamiento durante 27.6 semanas sin experimentar recaídas. No se observaron variaciones significativas durante el periodo de seguimiento en cuanto a la aparición de eventos adversos o el índice de masa corporal. En general, los parámetros metabólicos no presentaron variaciones significativas. Los resultados obtenidos permiten sugerir que el aripiprazol no genera insulinorresistencia. Por último, el cumplimiento terapéutico fue adecuado y el 63% de los participantes refirió consumo de alcohol en al menos una oportunidad.
Discusión
La administración complementaria de aripiprazol a pacientes mayores de 65 años que no respondieron de manera completa al tratamiento secuencial con ISRS y IRNS se asoció con la remisión del cuadro en el 50% de los casos. Dicha remisión estuvo acompañada por una mejoría estable durante el período de seguimiento y por una disminución clínicamente significativa de la sintomatología depresiva. En general, la tolerabilidad del tratamiento fue buena y la frecuencia de discontinuaciones debidas a la aparición de efectos adversos fue baja. No obstante, se observaron casos de agitación y aumento ponderal. Son necesarios estudios adicionales para obtener conclusiones definitivas sobre las características del tratamiento con aripiprazol en caso de depresión resistente, y estudios controlados con placebo para poder concluir acerca de los efectos neurológicos, metabólicos y electrocardiográficos del aripiprazol.
De acuerdo con lo informado en otros estudios efectuados en pacientes mayores que presentan una respuesta incompleta al tratamiento antidepresivo, la administración consecutiva de un agente alternativo se asocia con un índice acumulativo de respuesta del 75%. En este sentido, la administración de aripiprazol sería una estrategia promisoria. Asimismo, en otros estudios se informó su utilidad en pacientes jóvenes y adultos con respuesta incompleta al tratamiento antidepresivo. Los pacientes ancianos presentan características particulares que afectan la farmacocinética de las drogas y, generalmente, reciben otros fármacos para el tratamiento de condiciones comórbidas. Por este motivo, es necesario llevar a cabo estudios controlados con placebo en esta población, que permitan esclarecer los factores que afectan la respuesta y la tolerabilidad del tratamiento. Por último, es necesario evaluar los factores pronósticos y moderadores de la respuesta al tratamiento con aripiprazol y crear estrategias terapéuticas aplicables en el ámbito de la medicina general, donde es atendida la mayor proporción de la población geriátrica que padece depresión.