Investigadores de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos) informan en el “Journal of Applied Physiology” que existen diferencias importantes entre pacientes con asma grave y pacientes con asma leve, algo que podría ayudar a explicar por qué los que presentan asma grave no responden bien al tratamiento.
El estudio, del Severe Asthma Research Program (SARP), examinó a 287 personas que tenían asma grave y a 382 que tenían asma leve o moderada. Halló que las personas que padecían asma grave tenían más probabilidades de mostrar señales de "atrapar el aire" en los pulmones, una afección que impide exhalaciones completas. Además, los que tenían asma grave tenían mayores probabilidades de tener obstrucciones en las vías aéreas, incluso después del tratamiento máximo. Estos hallazgos sugieren que el asma grave podría ser una entidad patológica distinta, señalaron los investigadores.
"Esto nos sugiere que algo completamente diferente está teniendo lugar entre los pacientes que se ha considerado que tienen asma grave, bien sea fisiológicamente o en las vías aéreas afectadas", aseguró el Dr. Ronald Sorkness, autor principal del estudio.
Entre el 90% y el 95% de los casos de asma se pueden controlar con medicamentos, pero de un 5% a un 10% de los pacientes sufren una forma grave de asma que no responde bien al tratamiento. Los pacientes de asma grave probablemente tengan más ataques y estén en mayor riesgo de un ataque mortal.