Una cámara oculta de un noticiero de TV detectó una supuesta maniobra para favorecer a un estudiante en el examen de ingreso a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata. De acuerdo con el video, un hombre le garantizaba al alumno su aprobación a cambio de 450 pesos.
La "trampa" resultaba compleja y un tanto precaria: el joven que contrataba el "servicio" debía copiar los ejercicios en una hoja y llevarlos hasta uno de los baños de la facultad. Luego, tenía que tirar la hoja detrás de uno de los mingitorios. El encargado de "garantizar" la aprobación retiraba el papel, contestaba las preguntas fuera del edificio universitario y regresaba al sanitario, para que el estudiante pudiera alcanzar las respuestas.
El informe no reveló si el alumno logró la aprobación para entrar a la carrera. Y se conoció 40 días después de que se tomaron los exámenes finales de este año.
El autor de esta iniciativa fue identificado por el informe como Jorge Smith. Según los registros de la facultad, se trata de un ex ingresante que aprobó dos veces el curso de nivelación. En la primera oportunidad permaneció como alumno regular unos meses y después dejó de asistir a clases. La segunda vez fue notificado por los responsables de la facultad de que no debía seguir asistiendo al curso porque ya lo había aprobado anteriormente. "Después de eso no se lo vio más en las aulas", dijeron a Clarín en la Secretaría Académica de Medicina. No obstante, Smith ofrecía sus "servicios" como especialista para ayudar a los aspirantes a la carrera.
En Medicina existe desde hace 15 años un régimen de admisión que prevé el dictado de cuatro materias entre febrero y marzo. Los inscriptos deben rendir matemática, física, química y biología. A fines de febrero, sólo el 41% de los anotados (poco más de 1.100) logró responder correctamente al menos 45 de los 60 ejercicios de la prueba.
El decano de Medicina, Jorge Martínez, aseguró que "el sistema es seguro. Los ejercicios sólo los conocen los profesores encargados del curso. Y hasta el día del examen se guardan en cajas fuerte. Además, en los finales que son escritos y se extienden por tres horas, los ayudantes acompañan a los alumnos hasta la puerta de los baños cuando piden permiso para salir".
Martínez consideró "poco seria" la denuncia y descartó una actuación administrativa. "Esto que se vio en el informe puede pasar porque mafias hay en todos lados", aseguró. Pero para la presidenta del Centro de Estudiantes, Gabriela Vetori, lo que se vio en la cámara oculta "es la consecuencia de un ingreso restrictivo que lleva a los alumnos a realizar cualquier cosa para tratar de acceder a la carrera".
Opiniones
Jorge Martínez (decano de Medicina)
"El sistema es seguro. Los ejercicios sólo los conocen los profesores. Y hasta el día del examen se guardan en cajas fuertes. En los finales, los profesores acompañan a los alumnos a los baños. Esto que se vio puede pasar porque mafias hay en todos lados."
Gabriela Vetori (Centro de Estudiantes)
"Lo que mostró la cámara oculta es la consecuencia de un sistema de ingreso restrictivo que lleva a los alumnos a realizar cualquier cosa para tratar de acceder a la carrera." Un curso obligatorio y resistido
La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata tiene 4.300 alumnos regulares, 1.200 docentes y casi 200 investigadores. Allí se dictan seis carreras: Medicina, Obstetricia, Enfermería, Licenciatura en Enfermería, Fonoaudiología e Instrumentación Quirúrgica.
En el edificio ubicado detrás del Bosque platense funcionan también 15 laboratorios e institutos de investigación y un hospital integrado que fue inaugurado hace cinco meses.
Desde 1992, las autoridades establecieron la obligatoriedad de un curso de nivelación de contenidos como requisito para acceder a la carrera. Dura ocho semanas y desde que se implementó nunca logró aprobar más del 60% de los inscriptos. El sistema es resistido por los estudiantes y defendido por los funcionarios académicos como garantía de excelencia educativa. En 2007 aprobaron 421 alumnos después de la primera prueba y del recuperatorio que se tomó en los primeros días de abril.
El caso de Tucumán
La investigación de 97 casos de alumnos que no se habían presentado a rendir exámenes pero igual figuraban como aprobados en el registro informático de la Facultad de Derecho de la Universidad de Tucumán avanza lentamente.
El 20 de febrero, el fiscal federal Carlos Brito recibió la denuncia de las propias autoridades de esa unidad académica, a las que pidió informes complementarios que aún no recibió. También aguarda la conclusión de un sumario ordenado por el rector, Juan Cerisola.
Las irregularidades fueron descubiertas por una auditoría dispuesta por el decano José Luis Vásquez en la sección Alumnos de la facultad, a raíz de denuncias anónimas de que se pagaban coimas para modificar notas de exámenes. A fines de marzo, Vásquez informó además al fiscal de otros 36 casos de actas de exámenes con enmiendas sospechosas.