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Bloqueo del plexo hipogástrico superior

En 1989 aparece el primer reporte del bloqueo del plexo hipogástrico superior realizado por Plancarte.

Autor/a: Susana Losas Gómez, anestesióloga-algóloga, catedrática de la Facultad de Medicina de la Universidad

Fuente: VOL IV / No. 8 / JUNIO /2006

Indice
1. Introducción
2. Tecnica
3. Referencias bibliográficas
4. Complicaciones

El estudio tuvo como justificación la frecuencia elevada de dolor visceral en asociación con enfermedad oncológica y las opciones limitadas de manejo, lo que llevó a realizar un abordaje percutáneo que bloqueara los nervios de esta área. En este primer reporte se incluyeron 28 pacientes, de los cuales 25 presentaban afección neoplásica de las vísceras pélvicas secundaria a cáncer cérvico-uterino (20 pacientes), prostático (cuatro pacientes) y testicular (un paciente) y el resto lesión visceral posradiación (tres pacientes). El dolor se redujo o se alivió significativamente en todos los casos y no se presentaron complicaciones serias. Al emplear la escala visual análoga (EVA) se observó una disminución promedio del dolor de 70%.

 

El dolor residual fue catalogado de origen somático y requirió de tratamiento alternativo: administración epidural de esteroides, series de fenol al 2 o 3% epidural y/o la administración oral de analgésicos no opioides; con esto se disminuyó globalmente el dolor en 90%. No se presentó recidiva del dolor vegetativo hasta su muerte (3 a 12 meses), con excepción de dos personas en quienes los síntomas recurrieron dos semanas después del bloqueo; en ambas se comprobó una considerable invasión tumoral retroperitoneal, lo que probablemente interfirió en la distribución libre del agente neurolítico. Los dos pacientes se sometieron a un nuevo bloqueo del plexo hipogástrico con control de tomografía axial computarizada (TAC). El resultado fue el alivio del dolor de origen simpático hasta su muerte (dos a cuatro meses más tarde). Un porcentaje variable de pacientes presentó recurrencia o extensión del dolor somático que requirió un tratamiento alternativo. En los tres pacientes con dolor posrradioterapia la sintomatología no recurrió en dos años de seguimiento.

 

Desde la primera publicación hasta 1997 este grupo ha acumulado experiencia con más de 140 pacientes oncológicos y aproximadamente 16 pacientes no oncológicos. En estos últimos se obtuvieron resultados similares a los de los pacientes oncológicos, con la salvedad de que cuando el bloqueo fue exitoso, el dolor residual no fue común y otras intervenciones complementarias no resultaron necesarias.

 

Kent y sus colaboradores publicaron sus resultados acerca del uso de esta técnica en 26 pacientes con dolor pélvico por cáncer. El 69% (18 pacientes) tuvo un alivio satisfactorio del dolor después de uno o dos procedimientos (disminución de EVA de 10 a 3) y los ocho pacientes restantes reportaron un alivio parcial del dolor (disminución del EVA de 10 a 4-7). No existieron complicaciones. Un nuevo trabajo realizado por Plancarte y su grupo en 1997 sobre esta técnica reafirma los resultados obtenidos anteriormente.