Las personas con melanomas en la cabeza y el cuello han debido experimentar una mayor exposición solar total que aquellas que desarrollaron esos tumores malignos en el torso, afirmaron investigadores del Queensland Institute of Medical Research (Australia), en el “Journal of Clinical Oncology”.

Los investigadores compararon a 154 pacientes con melanoma en el torso, 76 con melanomas en la cabeza y el cuello, y 76 con léntigo maligno o melanoma léntigo maligno (MLM), la forma más lenta de la enfermedad. Los pacientes con MLM fueron el grupo con el que se comparó a los otros dos.

Los pacientes con melanomas en la cabeza y en el cuello tenían más del doble de probabilidades que aquellos con melanomas en el torso de haber sufrido altos niveles de exposición solar, y eran tres veces más propensos a estar expuestos al sol en horas de trabajo.

Además, quienes padecían melanoma en la cabeza y el cuello tenían la mitad de posibilidades de exponerse al sol por placer.

"Los melanomas en la cabeza y el cuello están relacionados con patrones crónicos de exposición al sol, mientras que los melanomas en el torso están asociados a una exposición solar intermitente, lo que respalda la hipótesis de que los melanomas se desarrollarían a través de distintas vías causales", concluyeron los investigadores.

Journal of Clinical Oncology 2006;24:3172-3177