Nuevo método desarrollado en el Hospital de Clínicas.

Detectan precozmente daños en el nervio óptico.

El nuevo procedimiento identifica picos de presión ocular.

Un equipo de especialistas del Hospital de Clínicas encontró la manera de recrear las condiciones oculares en el momento de nuestro despertar para poder detectar los picos y las variaciones de la presión ocular durante el día.

Esto permite identificar precozmente daños en el nervio óptico en una etapa en la que los síntomas del glaucoma (el aumento de la presión ocular por falta de drenaje normal del líquido del ojo o humor acuoso) se mantienen peligrosamente ocultos.

Luego de cuarenta y cinco minutos de absoluto relax sobre una camilla, en un ambiente en penumbra, cálido y en completo silencio, los especialistas registraron valores de presión intraocular comparables a los que ocurren a la mañana temprano, apenas abrimos los ojos, que es cuando se obtiene la medición más fiable.

"Al conseguir un método para obtener una estimación precisa de la presión que le habríamos tomado a ese paciente si lo hubiésemos internado, logramos completar la curva diaria de presión ocular para que sea aplicable en la práctica diaria de cualquier oftalmólogo", dijo a LA NACION el doctor Roberto Borrone, docente de la Cátedra de Oftalmología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e integrante del Servicio de Oftalmología del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial.

La investigación, en la que participaron integrantes de la cátedra de Oftalmología de la UBA y que representó a la Argentina como "Mejor trabajo nacional" en el último Congreso Mundial de Oftalmología, en San Pablo (Brasil), permitió registrar la curva diaria de presión ocular de 50 pacientes divididos en tres grupos: sanos, con glaucoma (hipertensión ocular) y con sospecha de lesión en el nervio óptico, indicador de glaucoma.

A todos, los investigadores les midieron la presión intraocular a las seis de la mañana, un horario clave y que en la consulta regular suele perderse. "El registro a las 6 de la mañana con el paciente aún acostado tiene especial trascendencia para detectar posibles picos de presión -dijo Borrone-. Con el estudio tratamos de mimetizar las circunstancias neurohormonales orgánicas que ocurren a la mañana temprano y logramos un método de detección precoz de esos picos que con el tiempo van dañando el nervio óptico."

Indicaciones precisas

Los pacientes debieron cumplir ciertas indicaciones al despertar en las camas del hospital antes de la primera medición, a las 6 de la mañana, y hasta la segunda medición, a las 7.30.

Entre ellas, estaban: no frotarse los ojos (el "efecto masaje" disminuye la presión), no producir ninguna compresión en el cuello (aumenta la presión venosa, que a su vez puede elevar la presión intraocular), no realizar ningún ejercicio físico, como subir o bajar escaleras, y desayunar con poca cantidad de agua, ya que ésta genera una presión hídrica que puede aumentar la presión intraocular.

Para cotejar la fiabilidad del método, los pacientes se volvieron a acostar a las 7.30 en un consultorio sin ruidos y en semipenumbra, dado que la luz y la claridad influyen en la tensión dentro del ojo. Tras 45 minutos de relax, los médicos repitieron la medición. La comparación entre los dos valores obtenidos a las 6 y a las 8.15 determinó que los datos de ambas mediciones eran similares estadísticamente.

"Llegamos a la conclusión de que podíamos simplificar el método de registro de la curva diaria de presión y evitar el engorroso trámite, también desde el punto de vista psicológico, de tener que internar a un paciente o de que el médico se tuviera que trasladar al domicilio de la persona para poder hacerlo -señaló Borrone-. Claro que esto no reemplaza la técnica convencional, pero despeja dudas de diagnóstico y de seguimiento del paciente."

Si durante la consulta un paciente tiene la presión ocular normal, pero un examen de fondo de ojo identifica un nervio óptico sospechoso de tener una lesión que puede ser glaucoma y que hasta ese momento no tenía síntomas, "ahí hay que pensar que el paciente tiene picos de presión fuera del horario de consulta habitual, especialmente por la mañana, lo que ocurre en el 50% de los casos", dijo Borrone.

El nuevo método también es útil en pacientes con glaucoma y que están bajo tratamiento, pero siguen perdiendo campo visual y en los que avanzan las alteraciones de la estructura del nervio óptico . "En este caso, la sospecha debe recaer sobre la eficacia de las drogas que toman para controlar la presión ocular -indicó el experto-. Una curva de presión ocular detectaría si tiene picos durante el día para adecuar el tratamiento, ya sea farmacológico o quirúrgico."

Los resultados del trabajo, publicado en la revista Archivos de Oftalmología de Buenos Aires, de la Sociedad Argentina de Oftalmología, acaban de ser aceptados para su publicación en la próxima edición de la revista científica italiana Bollettino di Oculistica.

Por Fabiola Czubaj

Un examen revelador

¿Qué es lo que los oculistas miran durante el estudio de fondo de ojo? Entre otras características del interior del ojo, un pequeño pozo (excavación fisiológica) ubicado en la pared posterior y sobre una estructura circular, que es la cabeza del nervio óptico.

Cuando ese pozo es mayor de lo normal, el oculista sospecha (o debería sospechar) de la presencia de glaucoma, independientemente de la presión intraocular durante la consulta.

"Si en un paciente se detecta una excavación agrandada en el fondo de ojo y la presión ocular está normal o en el límite, a ese paciente hay que indicarle la realización de una curva diaria de presión. Al agrandarse, las fibras del nervio óptico quedan comprimidas y empiezan a morir lentamente, debido a que esa hipertensión sostenida afecta la circulación del nervio y la transmisión de la información al cerebro", explicó el doctor Borrone.