Según el estudio, los pacientes con linfoma folicular y agresivo fueron tratados inicialmente con MabThera más quimioterapia. Cuando los pacientes alcanzaron la remisión, se les ofreció la posibilidad de recibir tratamiento de mantenimiento, y quienes así lo hicieron permanecieron en remisión más de 3 años, frente a sólo 19 meses en los pacientes sometidos a observación sin tratamiento.
Este es el primer estudio que demuestra un efecto beneficioso claro del tratamiento de mantenimiento con rituximab tras la administración de una pauta de inducción, y los resultados implican que los pacientes y los médicos pueden conseguir un mayor control sobre el linfoma, con periodos más largos sin progresión de la enfermedad.