La hepatitis C es tanto una causa como una complicación de la enfermedad renal crónica. La infección crónica con el virus de la hepatitis C virus (HCV) podría llevar a síndromes autoinmunes complejos de crioglobulinemia y glomerulonefritis membranoproliferativa (MPGN). Los mecanismos patogenéticos para estas condiciones no han sido definidos, a pesar de que son claramente provocados por la infección virósica crónica.
El manejo de la crioglobulinemia y la MPGN relacionada al HCV es difícil; la terapia antiviral es efectiva en la depuración de la infección por HCV en una proporción de pacientes, pero estas condiciones podrían ser severas y resistentes a la terapia antiviral. La hepatitis C también es un factor de complicación en pacientes con enfermedad renal en estadio final y transplantes renales. La fuente de infección por HCV en estos pacientes podría ser nosocomial.
El rastreo y la atención cuidadosa de precauciones de control de la infección son obligatorias para que las unidades de diálisis puedan prevenir la diseminación de la hepatitis C. La prevención de la diseminación es particularmente importante en estos pacientes debido a que la infección por HCV está asociada con un empeoramiento significativo de la supervivencia en la terapia con diálisis, así como luego de un transplante renal.
Por otra parte, la terapia para la hepatitis C es problemática, solo parcialmente efectiva y está asociada con efectos secundarios significativos en esta población. Es sumamente necesaria la investigación clínica y básica en la patogénesis, historia natural, prevención y terapia de la hepatitis C en pacientes con enfermedad renal.