Las decisiones médicas no siempre van de la mano con las recomendaciones publicadas en la literatura. Muchas veces el profesional se basa en su propia experiencia y no en la ajena que tal vez, tenga una casuística mayor y tenga un aval científico. La realización desmedida de cesáreas es un claro ejemplo de la distancia que existe entre los actos médicos y los conocimientos científicos.
El aumento en el índice de cesáreas es un fenómeno mundial que se acentúa en los países de Latinoamérica. Esto se debe a numerosos factores como ser el auge de los juicios de mala praxis, la conveniencia del obstetra, la mala remuneración del médico que lo lleva a tener que trabajar más, a atender más pacientes y no poder dedicarle el tiempo que necesita cada una de ellas. Otro punto importante es la decisión de las mismas pacientes, que muchas veces piden una cesárea.
Un trabajo publicado en el British Journal of Medicine muestra que en Brasil las mujeres prefieren tener una cesárea. Sin embargo, si uno se detiene a analizar las causas de esa elección, las mujeres de bajos recursos prefieren una cesárea para evitar los aspectos negativos de un parto y no por los supuestos beneficios de la cesárea. Estas mujeres se atienden en el hospital y desean evitar el trabajo de parto por la falta de un buen control del período dilatante y por el dolor de las contracciones.
En los hospitales, por falta de recursos, no siempre hay personal suficiente para poder ofrecer un servicio personalizado en el trabajo de parto lo que disminuye la calidad de la atención. Generalmente, no se cuenta con un anestesista para realizar una anestesia peridural durante el trabajo de parto. Es decir, que las embarazadas prefieren una cesárea para evitar los inconvenientes que un parto puede aparejar.
Para lograr que las pacientes y sus familiares tengan una participación más activa en las decisiones, muchas cosas deben cambiar. La calidad de la información y la interacción entre el médico y la paciente debería mejorar. La información de las pacientes es esencial para que puedan tomar una decisión a conciencia. Por otro lado, este cambio tiene que estar acompañado de un cambio a nivel institucional.
Este es el punto más difícil a resolver. Educar a la población tampoco es un tema fácil y no todos los gobiernos tienen interés en que eso suceda. Por otro lado, en un hospital con bajos recursos humanos y materiales, poco de todo esto se puede lograr. Con la escasez de personal y cuando este último está mal pago y obligado a ver más pacientes en menos tiempo, la relación médico paciente se resiente y ninguno de estos objetivos se cumplen.
Muchos problemas que se presentan actualmente en salud no son solamente médicos y no está en los médicos la solución. Pero aquello que los médicos sí podemos mejorar, tenemos que contar con una buena autocrítica e intentar modificar. Hay que intentar acercar esa enorme brecha que existe entre los hechos científicamente demostrados y la práctica médica de todos los días.
La Dra. Géller es editora responsable de IntraMed en la especialidad de Tocoginecología.