Es un estudio observacional y descriptivo, que se realizó en 45 casos, en pacientes de la Unidad de Especialidades Odontológicas. Se tomó una radiografía inicial con fines diagnósticos y para realizar la conductometría tentativa, se hizo la cavidad de acceso efectuando desgastes compensatorios coronales, enseguida se permeabilizó la entrada de los conductos radiculares con limas tipo K de los números 8 y 10, después se procedió a labrar el acceso cervical, utilizando para tal fin fresas gates-glidden del 2 al 5, con la finalidad de tener un acceso más recto al tercio apical del conducto y facilitar su instrumentación y, al mismo tiempo, el registro de su curvatura en sentido mesiodistal y bucolingual. La instrumentación del conducto radicular se hizo con limas Flex-R de la primera serie (15-40), usando la técnica combinada (corono-apical y apicocoronal).
La curvatura de los conductos radiculares se localizó por medio del tacto y de la observación (con el microscopio de operaciones marca Carl Zeiss modelo Opmi 99). Una vez determinada la conductometría, se realizó la limpieza y conformación de los conductos radiculares, utilizando como referencia un tope de hule con muesca, mismo que sirvió para señalar hacia dónde se dirigía el conducto radicular (curvatura). Las limas se introdujeron precurvadas y donde se encontró una menor resistencia se registró como la dirección que siguió el conducto radicular respecto a un punto de referencia tomado con el tope de hule.
Después de localizar táctilmente la dirección del conducto, se corroboró ésta mediante una observación acuciosa con el microscopio, sacando del conducto la lima curvada observándola en relación con dicho punto de referencia (por ejemplo, el conducto mesiovestibular en relación con la cúspide mesiovestibular). Después de localizar la dirección seguida por el conducto radicular se registró en el ex-pediente del paciente. Se utilizaron como soluciones irrigantes al hipoclorito de sodio al 1%, agua bidestilada y alcohol etílico al 96%.