Se llevó a cabo un estudio en una comunidad cerrada (trabajadores de una compañía de acero) de la República de Korea. De un total de 12.617 sujetos normotensos y que no tomaban medicación hipotensora, fueron excluidos diabéticos, dislipidémicos y con patología cardiovascular. Quedaron definitivamente 8.170 individuos que fueron seguidos durante 4 años. A todos los individuos se les hizo llenar periódicamente un cuestionario higiénico-dietético.
Resultados: Luego de un seguimiento de 4 años, 169 de los 8170 trabajadores (2,1%) desarrollaron hipertensión, correspondiendo el 2,3% a los no fumadores, 1,8% a los fumadores, y 3,5% a los que habían abandonado el hábito. El riesgo relativo se volvió significativo para los que llevaban más de un año de abandono del hábito (RR 4,8, 95% IC 2,4 a 9,5). Ver Figura.
Figura. Aumento en la presión arterial sistólica (rojo) y diastólica (azul) en individuos fumadores, no fumadores y aquellos que llevan más de un año desde el abandono del hábito. El asterisco indica un p<0.05 respecto a los fumadores. Ajustado a índice de masa corporal y edad.
Estas diferencias persistieron luego de ajustar los valores de acuerdo al índice de masa corporal, edad, y ejercicio. Las diferencias se hacían significativas cuando había transcurrido más de un año sin fumar.
En conclusión, los hallazgos de este estudio señalan que el cese del hábito de fumar aumenta los valores de presión arterial luego del año de abstinencia. Esta diferencia es independiente de otros factores como el aumento de peso luego del abandono del cigarrillo.