Las formas actuales de analgesia a menudo tienen efectos secundarios significativos para las mujeres en trabajo de parto. El bañarse en agua caliente durante el trabajo de parto se ha informado que aumenta el nivel de confort de la mujer y causa una reducción en las contracciones dolorosas. El objetivo de este ensayo fue comparar la inmersión en agua tibia durante el trabajo de parto con el manejo tradicional del dolor para un rango de resultados.
En el Hospital de la Mujer y el Niño, una maternidad (centro de la referencia terciario) en Adelaide, Australia Sur se dirigió un ensayo clínico controlado aleatorizado prospectivo de 274 mujeres embarazadas libres de complicaciones médicas y obstétricas y esperando un embarazo único de término. Las mujeres fueron aleatorizadas en el trabajo de parto a un grupo experimental que recibió la inmersión en un baño caliente o a un grupo del no-baño que recibió el cuidado rutinario. El alivio farmacológico del dolor fue el resultado primario medido, y los resultados secundarios incluyeron resultados maternos y neonatales, factores relacionados con morbilidad infecciosa materna y neonatal, resultados psicológicos, y satisfacción con la atención.
Resultados:
El uso de analgesia farmacológica fue similar para ambos, tanto el grupo experimental como el control; 85 y 77 %, respectivamente, usaron analgesia mayor . No se observó diferencia estadística en la proporción de mujeres que requirieron inducción y conducción del trabajo de parto o en la tasa de trauma perineal, la duración del trabajo de parto, el modo de parto, o la frecuencia de anormalidades del registro cardiotocográfico. Los resultados neonatales (el peso al nacer, puntaje de Apgar, líquido amniótico meconial, las estimaciones de pH del cordón) no revelaron ninguna diferencia estadísticamente significativa. Los neonatos de las mujeres del grupo del baño requirieron significativamente más reanimación que los de las mujeres del grupo control. Las mujeres del grupo control calificaron su experiencia global de parto más positivamente que el grupo de mujeres con baño. Los resultados psicológicos, como la satisfacción con la atención o el dolor postnatal, fueron los mismos para ambos grupos.
Conclusion:
Bañarse en el trabajo de parto no confiere beneficios claros para la mujer en trabajo de parto pero puede contribuir a la producción de efectos adversos en el neonato