La resección curativa pudo ser realizada en aproximadamente un tercio de los pacientes con colangiocarcinoma, operación que debería ser la meta deseada del tratamiento.
La sobrevida fue significativamente mejor en aquellos pacientes a los que se consideró portadores de tumores resecables y a los que se les realizó la remoción de toda la enfermedad macroscópicamente apreciable.