Entrevista a los Dres. Horacio Vogelfang* y Gerardo Naiman**.

Primer trasplante pediátrico cardíaco en el Hospital Garraham

Los doctores Horacio Vogelfang y Gerardo Naiman, responsables del primer trasplante pediátrico de corazón realizado en el Hospital Juan Garrahan.

Autor/a: Por IntraMed

Indice
1. Entrevista
2. Medicación y tratamiento
3. Distribución de recursos en el sistema de salud
4. Equipo del transplante cardíaco

-¿Cuál fue el camino recorrido por el equipo hasta llegar a este momento?

Dr. Vogelfang: -Con el doctor Naiman veníamos trabajando en el proyecto de trasplante hacía mucho tiempo. Debíamos incorporar los elementos tecnológicos y aprender la técnica quirúrgica que para nosotros no es demasiado compleja porque estamos acostumbrados a operar cardiopatías congénitas en pacientes recién nacidos, en cirugías mucho más delicadas. Además, debíamos encarar dos instancias fundamentales: la primera, participar en la cantidad de trasplantes necesarios para ser habilitados por el I.N.C.U.C.A.I., lo que hicimos en otras instituciones tanto argentinas como extranjeras y, por otro lado, visualizar los mecanismos de organización del operativo. Durante más de dos años ensayamos en el bioterio del hospital, donde hacíamos trasplantes tanto en modelo experimental canino como porcino con muy buenos resultados. Eso nos permitió sentirnos cada vez más seguros, listos para iniciar la experiencia en humanos. Justo en ese momento nuestra paciente presentó signos de desmejoría y todo el programa se aceleró. Le comunicamos a la dirección del hospital la situación: la niña necesitaba con urgencia un trasplante cardíaco. Entonces, o se derivaba a otra institución donde regularmente se hicieran estos procedimientos, o el hospital iniciaba su programa. Y la decisión fue comenzar a realizar trasplantes aquí.

-¿En qué condiciones llegó la paciente
al Hospital Garrahan?

Dr. Vogelfang:- La paciente tenía una miocardiopatía dilatada diagnosticada desde los tres meses de edad. Nació en Bahía Blanca y la trata un cardiólogo de dicha localidad. Nosotros tomamos contacto con ella hace 80 días. En ese momento la vimos bastante desmejorada y acordamos con la idea de que debía ingresar en la lista de espera electiva para trasplante. Mientras se hacían los estudios previos, la nena sufrió una intercurrencia aparentemente viral en Bahía Blanca y, a partir de ese momento, su salud comenzó a deteriorarse paulatinamente. Se la internó en Bahía Blanca y de allí la derivaron hacia aquí. Mejoró con goteo de drogas inotrópicas y con ajuste de medicación y, a la semana, pudo externarse bajo controles cotidianos e inscripta en la lista de espera para trasplantes cardíacos. A los diez días volvió a desmejorar y quedó internada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Garrahan. Diez días antes del trasplante se había inscripto en lista de emergencia nacional porque la insuficiencia cardíaca prácticamente terminal hizo que requiriera asistencia respiratoria mecánica y drogas inotrópicas más potentes. Llegó a tener goteo de adrenalina y, el último día, la paciente estaba prácticamente terminal, oligúrica e hipotérmica.

-¿En ese momento llegó la víscera adecuada?

Dr. Naiman: -Sí. La espera fue muy difícil porque la salud de la paciente se iba deteriorando día a día. Tuvimos noticias de cuatro o cinco operativos, pero no eran órganos adecuados para ella. En el último fin de semana, como su estado era muy grave, tomamos la decisión de colocarle un balón de contrapulsación aórtica (un sistema que permite reforzar la presión de la sangre) en un intento por alargar la etapa final del desenlace que se avecinaba. Por suerte pudimos conseguir un órgano 24 horas antes de colocar ese sistema.

-¿Cuál es su evaluación del operativo realizado?

Dr. Naiman: - Ahora, mirando retrospectivamente, creo que todo funcionó muy bien. Pero no puedo soslayar que estuvimos muy preocupados, porque era imposible saber cuándo íbamos a tener un órgano disponible y, aun cuando nos notificaban de un operativo, no sabíamos si ese órgano iba a ser útil para la paciente. Finalmente la procuración del órgano se realizó en la Capital Federal, en una institución muy cercana a al nuestra (el CEMIC), y por eso la logística de traslado fue muy sencilla: el recorrido era breve y, por ende, la pérdida de tiempo fue mínima. Además, la cercanía con aquel lugar nos permitió efectuar un ecocardiograma a la dadora para evaluar la calidad del corazón y poder tomar la decisión final. Cuando aceptamos, el operativo se puso en marcha. Hubo que trabajar coordinadamente minuto a minuto, porque había que llevar a la paciente al quirófano y prepararla para que, cuando llegara el órgano de la dadora, ella ya estuviera
preparada para recibir el nuevo corazón.

-¿Cuántas personas participaron del trasplante y cuántas se ocupan del cuidado de la paciente?

Dr. Vogelfang:- Nosotros formamos parte de un equipo. Confieso que tengo 22 años de actividad médica y nunca había percibido en el quirófano tanta concentración, tanta disposición. Fue algo impresionante. En el momento del operativo y de la cirugía había aproximadamente 25 personas trabajando. Cada uno estaba concentrado en su tarea, pero a la vez había una gran comunicación en el equipo. Ese clima de trabajo nos ayudó, porque uno tiene preparado el esquema de cómo debe ser el operativo, pero hasta que el mismo no se desarrolla no se sabe cómo va a resultar. Todos trabajaron con una idoneidad destacable: cirujanos, anestesiólogos, técnicos en anestesia, perfusionistas, instrumentadoras, hemoterapístas, laboratoristas y radiólogos. En este momento la niña está al cuidado de, por lo menos, dos enfermeros y dos terapistas intensivistas que la acompañan en forma permanente, además de los especialistas que fueron cubriendo las consultas. En realidad, hubo todo un hospital puesto a disposición de esta paciente.
Otra cuestión que quisiéramos destacar es el trabajo de los organismos de procuración, que no siempre se reconoce. A lo largo de la espera tuvimos cuatro o cinco posibles dadores que finalmente no compatibilizaban por tamaño o por estructura, pero hemos comprobado que estos organismos están todo el tiempo procurando órganos. Nosotros podemos trasplantar gracias a que ellos hacen su trabajo.

 

*Jefe del equipo de trasplante, cirujano cardiovascular infantil, médico principal de Cirugía Cardiovascular del Htal. Garrahan.

**Subjefe del equipo de trasplante a cargo del equipo de ablación, cirujano cardiovascular infantil, médico principal de Cirugía Cardiovascular del Htal. Garrahan.