Los síntomas de ansiedad pueden ser debilitantes. Crean barreras para la vida diaria a través de sentimientos abrumadores de preocupación, miedo y excitación en situaciones cotidianas. Estos síntomas son comunes en los adolescentes y, a veces, se convierten en trastornos de ansiedad, una de las principales causas de discapacidad global.
Más allá de su impacto inmediato en el funcionamiento diario, las personas con trastornos de ansiedad también tienen más probabilidades de experimentar problemas de salud física a largo plazo, como enfermedades cardiovasculares y muerte prematura.
El rompecabezas de la prevención
Los beneficios individuales y sociales para prevenir los síntomas y trastornos de ansiedad son sustanciales. Pero también lo son los desafíos para hacerlo. Los síntomas de ansiedad son dinámicos, afectan a las personas de manera diferente y están sujetos a una variedad de influencias contrastantes.
Los enfoques para prevenir la ansiedad deben unir piezas psicológicas, sociales y conductuales de un rompecabezas que varía de persona a persona.
Demasiado tiempo sentado
En medio de la complejidad, nuestro nuevo artículo destaca una pieza relativamente simple pero preocupantemente común del rompecabezas de la prevención: los jóvenes pasan una proporción cada vez mayor del día sentados, lo que podría afectar su salud mental.
Observamos los patrones de movimiento diarios en alrededor de 4.000 adolescentes de 12, 14 y 16 años utilizando dispositivos de seguimiento de actividad. Los participantes en el estudio también informaron sobre sus síntomas de ansiedad en cada momento y nuevamente a los 18 años.
Descubrimos que los adolescentes que pasaban más tiempo sentados cada día entre los 12 y los 16 años tenían más probabilidades de experimentar síntomas de ansiedad a los 18 años.
Esta asociación entre estar sentado y ansiedad se mantuvo después de que ajustamos nuestro análisis por varios factores que podrían haber explicado el hallazgo. Por ejemplo, incluimos los síntomas de ansiedad iniciales para tener en cuenta la posibilidad de que las personas con síntomas de ansiedad ya estuvieran más inactivas.
Reprogramar
También debemos considerar si los usos alternativos del tiempo son más beneficiosos que sentarse para la salud mental. Sentarse siempre tiene el costo de la actividad física.
Una forma de pensar sobre la actividad física es por su intensidad. Las actividades de intensidad ligera pueden incluir cualquier cosa, desde estiramientos suaves hasta caminar a un ritmo informal. Las actividades de intensidad moderada o vigorosa van desde caminar a paso ligero hasta correr o andar en bicicleta.
Nuestro análisis estimó que reemplazar una hora de tiempo diario sentado con actividad de intensidad ligera durante la adolescencia se asoció con puntuaciones de síntomas de ansiedad entre un 12% y un 16% más bajas en 18. No hubo una diferencia clara en las puntuaciones de ansiedad al reemplazar estar sentado con formas de actividad más intensas .
Una solución de intensidad luminosa
La actividad ligera representa la mayor parte del movimiento diario, pero rara vez se estudia. Una razón de esto es la falta de dispositivos de monitoreo de actividad continua en investigaciones anteriores. La mayoría de los estudios miden la actividad mediante cuestionarios de autoinforme, que se basan en la memoria de los participantes de comportamientos recientes o típicos.
Pero la actividad ligera a menudo pasa desapercibida y es difícil de capturar utilizando solo cuestionarios. Su típica ausencia de estructura y dispersión a lo largo del día hace que la actividad ligera sea más difícil de recordar que los episodios intensos de movimiento, como ir en bicicleta al trabajo o practicar un deporte.
La integración de actividades ligeras a lo largo del día es un desafío para la investigación, pero una fortaleza para las intervenciones.
La actividad ligera es simple, accesible y requiere pocos ajustes para implementar en la rutina diaria. Podría ser tan simple como colgar la vajilla mientras mira la televisión o hacer viajes más cortos y frecuentes al supermercado.
Los primeros datos sugieren que los intervalos de actividad ligera de 3 minutos por cada 30 minutos de estar sentado pueden reducir la fatiga y aumentar el flujo sanguíneo al cerebro. Mantener esto durante 10 horas del día de vigilia reemplazará una hora de estar sentado con una actividad ligera, lo que podría reducir los síntomas de ansiedad de los adolescentes entre un 12% y un 16%.
Resumen El comportamiento sedentario es potencialmente un factor de riesgo modificable para los trastornos de ansiedad, una fuente importante de discapacidad global que generalmente comienza durante la adolescencia. Este es el primer estudio prospectivo de asociaciones entre medidas repetidas, basadas en dispositivos, de comportamiento sedentario y síntomas de ansiedad en adolescentes. Métodos Una cohorte del Reino Unido con 4257 adolescentes de 12 años al inicio del estudio (56% mujeres). Las principales exposiciones fueron el comportamiento sedentario y la actividad física medida con acelerómetros durante 7 días a las edades de 12, 14 y 16. El resultado principal fueron las puntuaciones de los síntomas de ansiedad a los 18 años de un Programa de entrevistas clínicas revisado. Utilizamos métodos de regresión binomial negativa ajustada y sustitución iso-temporal para analizar los datos. Resultados Encontramos una asociación positiva entre el comportamiento sedentario a los 12, 14 y 16 años, con síntomas de ansiedad a los 18 años, independientemente del volumen total de actividad física. En teoría, la sustitución de una hora de comportamiento sedentario diario por una actividad ligera a los 12, 14 y 16 años se asoció con síntomas de ansiedad más bajos a los 18 años en un 15,9% (IC del 95%: 8,7-22,4), 12,1% (IC del 95%: 3,4-20,1). ) y 14,7% (IC del 95%: 4-24,2), respectivamente. Mientras que, teóricamente, reemplazar una hora de comportamiento sedentario con actividad física de moderada a vigorosa no se asoció con diferencias en los síntomas de ansiedad. Estos resultados fueron robustos a una serie de análisis de sensibilidad. Conclusión El comportamiento sedentario es un posible factor de riesgo para el aumento de los síntomas de ansiedad durante la adolescencia, independientemente del volumen total de actividad física. En lugar de centrarse en una actividad moderada a vigorosa, reemplazar el comportamiento sedentario diario con una actividad ligera durante la adolescencia podría ser un método más adecuado para reducir los síntomas de ansiedad futuros. |