¿Con o sin bomba? | 22 AGO 17

¿Cuál es la cirugía coronaria que mejor funciona?

Un estudio compara los procedimientos con y sin bomba

Cinco años después de una cirugía de derivación (bypass) cardiaca, los pacientes cuya operación se realizó utilizando una bomba corazón-pulmón vivían más tiempo que aquellos cuyos cirujanos no utilizaron el dispositivo, encuentra un nuevo estudio.

Desde los 90, los cirujanos cardiacos han usado habitualmente dos métodos distintos para realizar las operaciones de injerto de derivación de la arteria coronaria. La derivación de la arteria coronaria crea nuevas rutas para que la sangre fluya al corazón, porque las rutas antiguas están bloqueadas por placa en la arteria. Se toma un trozo de un vaso sanguíneo de otra área del cuerpo (con frecuencia de una pierna) y se usa para "derivar" un vaso sanguíneo bloqueado que va al corazón, según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EE. UU.

Las dos formas distintas de realizar estar cirugías son con bomba (con la asistencia de una máquina de corazón-pulmón) o sin bomba. Ha habido controversia sobre qué procedimiento produce mejores resultados, apuntaron los investigadores.

"La máquina de corazón-pulmón permite detener el corazón para poder coser los injertos sin que fluya sangre por ellos", explicó el investigador principal, el Dr. Frederick Grover, profesor de cirugía cardiaca en la Universidad de Colorado.

Esto permite al cirujano trabajar en un corazón expuesto del todo e inmóvil, dijo.

Cuando las operaciones se realizan con bomba, los cirujanos pueden realizar más injertos. En la cirugía sin bomba, el corazón es un objetivo móvil, ya que continúa bombeando sangre.

Este informe observa los resultados a cinco años de los pacientes que se sometieron a una cirugía cardiaca como parte de un ensayo de la Administración de Veteranos (VA) de EE. UU. sobre las operaciones

En este ensayo, más de 2,200 pacientes de 18 centros de la VA se asignaron al azar a recibir una cirugía cardiaca con o sin bomba. Fueron evaluados un año después de la operación y de nuevo a los cinco años.

En concreto, los investigadores buscaron problemas cardiacos mayores, incluyendo la muerte por cualquier causa, la necesidad de nuevos procedimientos cardiacos o los ataques cardiacos no letales.

Tras un año, un número mayor de pacientes del grupo sin bomba habían muerto o necesitado nuevos procedimientos que los pacientes que recibieron la cirugía con bomba, dijo Grover.

Cinco años después de la cirugía, la tasa de muertes entre los del grupo sin bomba fue de poco más de un 15 por ciento, en comparación con casi un 12 por ciento en el grupo de la cirugía con bomba, encontraron los investigadores.

Esto es un riesgo de morir en un plazo de cinco años tras la cirugía un 28 por ciento más alto en el grupo sin bomba, apuntó Grover.

Además, un número mayor de personas que se sometieron a la cirugía sin bomba tuvieron problemas cardiovasculares mayores que las que recibieron las operaciones con bomba: un 31 frente a un 27 por ciento, señaló.

 

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