Neurociencia social (entrevista a John Cacioppo) | 18 JUL 11

La sociedad humana es una exitosa adaptación al medio natural

Nuestro medio es esencialmente humano, fundamentalmente social.

La sociedad humana constituye una exitosa adaptación al medio natural. Muchos de los individuos que la componen apenas conocen la naturaleza virgen y, de entre los que la conocen pocos son los que tienen un conocimiento de primera mano de la supervivencia continuada en ella. Nuestro medio es esencialmente humano, fundamentalmente social. Nos tenemos que adaptar a nuestra cultura, a los recursos que genera nuestra economía, a las leyes y demasiadas veces a las arbitrariedades de nuestros gobernantes.

Nuestro cerebro humano evolucionó en interacción con otros cerebros humanos. Se produjo una carrera armamentística evolutiva por el desarrollo de mejores aptitudes sociales. Lo que mejor hacemos es escrutar rostros humanos, expresar emociones, comunicarnos. Somos animales sociales.

Así, no es en absoluto una actividad carente de interés o importancia la de indagar la forma en que la red que constituye nuestro cerebro se interconecta con similares redes neuronales en el trato social.

A esto se ha dedicado, en los últimos años, el psicólogo social John Cacioppo, fundando al hacerlo la disciplina de la Neurociencia Social.

Su trabajo en psicología y neurociencia ha ido de la turbulenta superficie del trato social a las profundidades aún más turbulentas de las interacciones moleculares en el interior de nuestros organismos.

Un objeto privilegiado de su interés ha sido la soledad, entendiendo esta última como un estado psicológico más que como una situación de facto. Las personas que se sienten solas o, en cierto sentido, abandonadas, tienden a sufrir problemas de salud físicos y mentales. La soledad, asimismo, puede ser contagiosa. Del mismo modo que las emociones se transmiten de unas personas a otras (otro asunto que Cacioppo ha estudiado), la soledad puede pasar de mano en mano dejando por el camino las manos vacías.

Sobre estos y otros asuntos nos ha hablado el Profesor Cacioppo, que ha tenido la amabilidad de respondernos unas preguntas. José Miguel Guardia se aseguró de que estuvieran correctamente expresadas en inglés. Francisco López revisó mi humilde traducción al castellano.

1.-Nuestro cerebro es una gran red. La sociedad en la que vivimos es otra gran red. ¿Cómo se entretejen estas redes? ¿Qué estudia la neurociencia social?

En el contexto de un siglo de investigación psicológica encabezada por el psicoanálisis, el conductismo y las ciencias cognitivas, todos los cuales enfatizaron el individualismo, es fácil olvidar que los humanos son una especie social. Las especies sociales, por definición, crean organizaciones emergentes más allá del individuo -estructuras que van desde parejas y familias a grupos, comunidades y culturas. Estas estructuras emergentes evolucionaron mano a mano con los mecanismos neuronales, endocrinos, celulares y genéticos para apoyarlos, porque los comportamientos sociales consiguientes ayudaron a estos organismos a sobrevivir, reproducirse, y cuidar de los hijos el suficiente tiempo para que estos también se reprodujeran.

La neurociencia social es un campo de investigación surgido en las últimas dos décadas para indagar estos mecanismos neuronales, neuroendocrinos, celulares y genéticos y las estructuras, factores y procesos sociales con los que hacen interfaz . Entre los asuntos activamente investigados en neurociencia social, por ejemplo, están los efectos de factores sociales sobre el cerebro y el funcionamiento biológico, la supuesta existencia de circuitos especializados para las funciones sociales, la naturaleza de las interdependencias entre los genes y los entornos sociales, y los mecanismos biológicos que subyacen a la cognición social, las interacciones sociales, y los procesos de grupo. De hecho, el descubrimiento de los mecanismos biológicos que subyacen a las interacciones sociales es uno de los principales problemas a abordar por las neurociencias del siglo XXI.

2.- ¿Qué partes del cerebro son las más activas en el trato social?

El trato social es producto de una compleja serie de procesos de componentes integrados, cada uno de los cuales puede asimismo dividirse en operaciones específicas de procesamiento de información (cálculos) realizadas por varias regiones del cerebro. Así, las interacciones sociales están asociadas con una fuerte activación de la mayoría de las regiones del cerebro, pero esta activación refleja muchos procesos componentes distintos, de modo que no da un resultado científico particularmente útil. El desarrollo y aplicación de métodos de neuroimagen ofrece medios poderosos para el estudio de las funciones cerebrales, pero el conocimiento resultante es más probable que sea beneficioso cuando se combine con un análisis conceptual que descomponga las complejas construcciones psicológicas. Estas construcciones se pueden dividir en estructuras componentes, representaciones, procesos y cálculos; mediciones convergentes de sucesos neuronales en diferentes escalas temporales y espaciales; mediciones del comportamiento que permitan un análisis en detalle fino de las asociaciones entre cerebro y conducta; y experimentales (por ejemplo, lesiones, estimulación magnética transcraneal) y estudios en animales no humanos que prueben el supuesto papel de estructuras específicas, circuitos o procesos del cerebro.

Además, los meta-análisis cuantitativos son importantes para ir más allá de las idiosincrasias de los estudios individuales, y las investigaciones de neurodesarrollo pueden contribuir a nuestra comprensión de las asociaciones entre cerebro y conducta. Una vez hecho esto en la investigación, nos encontramos con regiones específicas (por ejemplo, la región de tejido cerebral que rodea la unión temporal-parietal) asociadas con operaciones específicas (por ejemplo, cambios en la atención y control) que hacen posible para los individuos, por ejemplo, el adoptar las perspectiva de una persona con la que están interactuando.

3.-Cómo animales sociales: ¿Qué clase de cosas podemos contagiarnos unos a otros?

Los animales sociales interactúan, por lo que es más probable que las enfermedades bacterianas y virales puedan ser transmitidas de un individuo a otro. Tal vez es menos evidente que la soledad, las emociones y los comportamientos también pueden ser contagiosos. Si estás cerca de personas que están felices y sonrientes todo el día, encontrarás que también serás más sonriente de lo normal estando con ellos a pesar de que puedas no ser consciente de esta influencia. La soledad también es contagiosa, aunque el mecanismo es ligeramente diferente. Cuando te sientes solo, eres más sensibles a las amenazas sociales. Este sesgo de atención puede resultar en que uno perciba una amenaza en el comportamiento inocente, pero ambiguo, de otro, y en una reacción exagerada cuando alguien no sea bastante generosa en la interacción. Como resultado de esto, las personas que se sienten solas tienen interacciones sociales más negativas que aquellas otras que no, y con el tiempo esto les lleva a que tengan menos amigos o contactos de menor calidad con las amistades. Cuando alguien nos trata mal, es más probable que tratemos a algún otro de manera negativa. Esto significa que la persona cuyo amigo está solo (y que fue maltratada por este amigo solitario) es también más propensa a actuar de forma negativa con los demás y con el tiempo, tener menos amigos y contactos de menor calidad con ellos, y así sucesivamente.

4.-¿Qué pueden hacer las relaciones sociales por nuestra salud?

Solitude (soledad) expresa la gloria de estar a solas, mientras que loneliness (soledad*) expresa el dolor de sentirse solos. Millones de personas sufren a diario de soledad*, un estado psicológico debilitante que se caracteriza por un profundo sentimiento de vacío, inutilidad, falta de control, y amenaza personal. Los estudios con gemelos revelan que la soledad es estable en el tiempo y hereditaria, con aproximadamente igual parte atribuible a la herencia y a los factores ambientales compartidos en la edad adulta. Aunque la gente pueda sentirse sola en un matrimonio o en una multitud, los factores situacionales asociados con la soledad incluyen el nivel socioeconómico, estado civil, la frecuencia de contacto con amigos y familiares, el número de roles sociales, la participación en organizaciones voluntarias, los síntomas de salud física y limitaciones físicas.

La soledad también ha demostrado estar relacionada con diversos efectos en la fisiología y en la salud que están por encima y más allá de lo que puede explicarse por el aislamiento social objetivo o el apoyo social, incluyendo una mayor resistencia vascular, elevada presión arterial, aumento de la actividad hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA), baja expresión de los genes que producen los elementos de respuesta antiinflamatoria a los glucocorticoides (GREs) y sobre-expresión de genes que producen elementos de respuesta pro-inflamatoria de los factores de transcripción NF-κB/Rel, deterioro del sueño, inmunidad alterada, falta de vida independiente, alcoholismo, progresión de la enfermedad de Alzheimer, obesidad y una salud física deficiente.

 

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