Publicados en el American Journal of Epidemiology | 09 SEP 10

El alcohol no protege de la demencia

Tampoco se ha demostrado que el consumo moderado proteja del deterioro cognoscitivo. El consumo moderado de alcohol sí es compatible con una buena función cognoscitiva. El Proyecto ZARADEMP es un estudio de cerca de 5.000 personas mayores de 55 años en Zaragoza.

Los resultados del Proyecto ZARADEMP

El American Journal of Epidemiology publica en su último número los resultados del Proyecto ZARADEMP. En contraposición a algunos trabajos previos, esta investigación ha documentado que el riesgo de deterioro de facultades intelectivas y la demencia no disminuye entre los consumidores de cantidades moderadas de alcohol, vino principalmente. Sin embargo, el consumo moderado de alcohol es compatible con una buena función cognoscitiva, puesto que la gran mayoría de los consumidores no desarrolla deterioro intelectivo ni demencia.

Para llevarlo a cabo se han utilizado criterios de la Organización Mundial de la Salud de consumo menor de 40 gr../día en varones y 24 gr./día en mujeres. 40 gr. de alcohol equivalen a 4 vasos de vino ó 4 cervezas (2 cubatas).

Desde hace años se conoce en Medicina que el abuso de alcohol puede llevar a la demencia y los estudios de los últimos años en población general así lo confirman.

Sin embargo, un estudio realizado en Burdeos en la década de los noventa y algunos posteriores en la bibliografía internacional habían estimulado el interés de la Salud Pública al sugerir que un consumo moderado de alcohol podía prevenir el deterioro cognoscitivo y la demencia. Como no todos los trabajos anteriores eran coincidentes y se observaron además algunos problemas metodológicos, el asunto ha sido abordado con métodos mejorados en el Proyecto ZARADEMP.

El American Journal of Epidemiology, una de las principales revistas en el terreno de la Salud Pública, comunica ahora los resultados de la investigación realizada en Zaragoza. A partir de una muestra representativa de la población general de cerca de 5.000 personas mayores de 55 años entrevistadas en el estudio de base, se seleccionó a 3.888 individuos que tenían una buena función cognosticitiva (memoria, etc.) y que no padecían demencia. Los supervivientes fueron seguidos en “olas” de estudio durante un promedio de 4’5 años. Al término de este periodo, un 13’3% había desarrollado un deterioro cognoscitivo clínicamente significativo o una demencia. Entre los varones, el 45’2% bebía vino con asiduidad, 33’9% eran abstemios y el 20’9% había dejado de beber. Las proporciones respectivas en las mujeres fueron muy distintas; el 86’1% se consideraron abstemias. El resultado fundamental surge tras el análisis estadístico multivariado, después de “controlar” distintos factores potencialmente “confusores” que podrían tergiversar los resultados (edad y sexo de los individuos, enfermedades médicas o psiquiátricas, medicación que tomaban, etc.).

Se considera que el estudio ZARADEMP contiene ventajas metodológicas en relación a otros previos y los autores interpretan que hay un aspecto principal que puede explicar porqué en algunos trabajos se comunicó, a diferencia del Proyecto ZARADEMP, que el consumo moderado de alcohol es protector del deterioro cognoscitivo. Todos los estudios compararon el grupo de “bebedores” con un grupo control de “no bebedores”. Sin embargo, los trabajos previos incluían en el grupo de “no bebedores” tanto a los abstemios como a los ex-bebedores, mientras que en el Proyecto ZARADEMP se estudiaron de modo independiente estos dos subgrupos.

Se sospechaba, y el estudio de Zaragoza tiende a confirmarlo, que los ex-bebedores podían haber dejado el consumo por sentirse enfermos (el fenómeno de los “sick-quitters”) y entre estos antiguos bebedores que se sienten enfermos existía ya, con toda probabilidad, un deterioro de funciones intelectivas. Efectivamente, en el estudio de Zaragoza, si se incluye a los ex-bebedores en el grupo control, el consumo de alcohol también parece que puede actuar como protector de la demencia, pero esto supondría un artefacto de la investigación.

*Ver artículo original en pdf en idioma inglés

La autora principal del trabajo, la Dra. Elena Lobo Escolar, pertenece al Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Zaragoza y al Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud y es investigadora adscrita del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) en el grupo del Dr. Antonio Lobo. El resto de miembros pertenecen a esos mismos organismos y al Departamento de Psiquiatría del Hospital Clínico Universitario y de la Facultad de Medicina de Zaragoza. También han contribuido al análisis de datos investigadores de la Unité Neuroepidemiologic del Institut National de la Santé et de la Reserche Médicale, París y de la Escuela de Salud Pública del Johns Hopkins University en Baltimore, EE.UU.

 

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