Laura Gutman lleva publicados varios libros sobre maternidad, paternidad, vínculos primarios, desamparo emocional, adicciones, violencia y metodologías para acompañar procesos de indagación personal. Es colaboradora habitual en numerosas revistas en Argentina y España. Dirige Crianza, una institución con base en la Ciudad de Buenos Aires, que cuenta con una Escuela de Capacitación Profesional y un equipo de profesionales que asisten a madres y padres.
Maternar y trabajar
Por Laura Gutman
Solemos creer que maternidad y trabajo son incompatibles. Sin embargo no importa si trabajamos o no. Importa saber si logramos fundirnos en las necesidades de los niños pequeños en relación al contacto corporal, el cobijo, la lactancia, los brazos disponibles, la mirada, la quietud y la presencia durante las horas que sí estamos en casa, incluyendo la noche. Siempre es posible seguir trabajando, si es nuestro deseo o nuestra necesidad, sin que el niño tenga que pagar los precios del abandono emocional. Con frecuencia utilizamos el trabajo como refugio y excusa perfecta para no someternos al vínculo fusional con los hijos. En cambio otras veces nos lanzamos a ese misterioso universo sin tiempo y sin bordes que es el contacto corporal permanente con los niños pequeños, sabiendo que esa hazaña es invisible a ojos de los demás, y que en ese territorio no recibiremos reconocimiento ni apoyo.
El problema no es el trabajo. El problema es la vuelta a casa. Pensemos cuántos minutos por día le dedicamos -de verdad- a la satisfacción pura de nuestros hijos traducida en piel, olor, leche, fluidos, abrazos y palabras llenas de sentido.
Cuando regresamos a casa, el niño que ya nos ha esperado con infinita paciencia siente que, ahora sí, ha llegado la hora de estar con mamá. A partir de ese momento merece ser resarcido, colmado de caricias, tiempo, abrazos y sonrisas y también merece recibir respuestas a sus reclamos legítimos ya que ha esperado estoicamente el regreso de su madre. Si somos capaces de delegar todo lo demás una vez que hemos regresado a casa, si comprendemos que no hay nada urgente más que nutrir a nuestro bebe de caricias y leche, entonces el trabajo no será un obstáculo para el vínculo amoroso entre la madre y el niño.
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Libros publicados:
La revolución de las madres
Amar y ser amado son cualidades básicas del ser humano. Las madres y los padres que hemos tenido la capacidad y el apoyo para permanecer disponibles para nuestros hijos, sabemos que los niños son generosos y que favorecen el bienestar de los demás por sobre el propio. Los niños amados y amparados son pacientes, comprensivos y respetuosos. Ellos entienden el mundo tal como lo viven: dentro del amor y la dedicación, lo sienten como amoroso e infinito, aunque en el desamparo y el vacío afectivo, lo experimentan como un lugar hostil del que hay que protegerse. Reconozcamos entonces que las madres tenemos la posibilidad de nutrirlos amorosamente, permaneciendo corporal y afectivamente disponibles para ellos. Parir, amamantar, criar, llorar, desesperar, morir y resucitar se convierten en un hábito cotidiano cuando el niño pequeño se mantiene apasionadamente adherido al cuerpo materno. No importa que hayamos tenido vidas difíciles. Cada día es una nueva oportunidad para mirar a un niño y saber que está deseoso de alimentarse de nuestra sustancia materna. No hay revolución más verdadera, amorosa, pacífica y permanente.
La Maternidad y el encuentro con la propia sombra
Muchos aspectos ocultos de nuestra psique femenina se develan y activan con la presencia de nuestros hijos. Suelen ser momentos de revelación, de experiencias místicas si estamos dispuestas a vivirlas como tales y si encontramos ayuda y sostén para enfrentarlas. También es la oportunidad de replantearnos las ideas preconcebidas, los prejuicios y los autoritarismos encarnados en opiniones discutibles sobre la maternidad, la crianza de los niños, la educación, las formas de vincularse y la comunicación entre grandes y chicos. En estas páginas encontraremos palabras para nombrar lo indefinible, los estados alterados de conciencia del puerperio, los campos emocionales a los que ingresamos con los bebés, la locura indefectible y ese permanente no reconocerse más a sí misma. Es mi propósito invitarlas a emprender juntas este viaje, con la libertad de tomar sólo lo que nos resulte útil o sostenedor. Espero contribuir así a generar más preguntas, crear espacios de encuentro sincero entre mujeres, y facilitar el intercambio, la comunicación y la solidaridad.
Puerperios y otras exploraciones del alma femenina
En los umbrales del Siglo XXI, la maternidad y las actividades intra-hogareñas parecen haberse constituido en obstáculos para la realización personal. Las mujeres estamos cada vez más dispuestas a abandonar el mundo íntimo para lanzarnos al mundo público y "ser alguien reconocida". Pero un buen día nos pasa a las mujeres hiperactivas que -sin darnos cuenta- nace un primer hijo. O un segundo o un tercero. Y comprendemos que "lo público" es materialmente visible, pero en medio de un dolor de panza del bebé, esa identidad desaparece junto con el sentido profundo que tenía hasta entonces.
A través de estas páginas pretendo acercar las vivencias genuinas, primitivas e innombrables del Universo insondable de cada madre reciente. Experiencias confusas, incomprensibles, exageradas, locas, pero terriblemente reales que nos sujetan a la oscuridad de la noche con el niño en brazos. Es tanto el dolor y la soledad, que anhelamos con ambivalencia retornar a la vorágine de actividad, de ruido y de éxito. Aún así, sabemos que estamos atrapadas entre las almohadas con la ropa manchada de vómitos y un cansancio infinito. Sin embargo, averiguar de dónde venimos y sospechar hacia donde vamos, hablar sin tapujos sobre lo que nos pasa de verdad, bucear en nuestras capacidades intuitivas rescatando lo esencial del mundo femenino, integrar el adentro con el afuera... nos puede servir para tratarnos un poco mejor, y por ende, tratar mejor al niño que llega al mundo.
Es mi deseo que cada mujer que deviene madre, camine su propio laberinto interior y vaya encontrando su verdadera naturaleza, su propia música, y sus propios instrumentos. También me gustaría hacerles saber que en esta orquesta, estamos todas.
Crianza, violencias invisibles y adicciones
Las cosas no están fáciles para nosotras, las mujeres, divididas entre la conquista del mundo externo y la reapropiación de las instancias femeninas. Cuando, además, aparece el niño pequeño con necesidades básicas impostergables, demandando amor, brazos, paciencia, comprensión, leche, cuerpo, mirada y sostén, sentimos que la voracidad del bebé es exagerada y que no podemos abarcarlo todo. Si no comprendemos la angustia y desesperación que nos inunda, solemos utilizar las opiniones actuales sobre educación y crianza de los niños para resguardarnos en el hecho de abandonar al niño y salvarnos. Así, se establece una "guerra de deseos" en el vínculo con el propio hijo, aun cuando se trate de un bebé deseado, esperado y amado, que también nos llena de ternura y compasión.
Este libro propone recorrer honestamente nuestras historias personales, para corroborar que la imposibilidad de rendirnos a las necesidades del bebé, tiene una razón de ser, en la medida en que nosotras mismas provenimos de historias primarias de carencias afectivas y desamparos; y para darnos cuenta de que la conciencia y el trabajo sobre nosotras mismas pueden producir verdaderos lazos de amor y generar una revolución vincular. Este es un libro escrito para mujeres. Lejos de pretender ser una guía para madres desesperadas, es una invitación a hacer un alto en el camino para pensarnos como madres criando niños, con nuestras luces y sombras, emergiendo y estallando desde nuestros volcanes interiores.
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