Por: Clarín.com
Un reciente estudio muestra que la neurotoxina botulínica Tipo A para las arrugas, puede trasladarse desde el lugar en donde es inyectada hasta el cerebro.
Científicos norteamericanos inyectaron la toxina del botulismo en los músculos de los bigotes de las ratas. Según informaron los investigadores en el Journal of Neuroscience, pruebas al tejido cerebral de los roedores mostraron que el botulismo había llegado a las raíces del cerebro.
El Botox es el producto más importante de Allergan. Sus ventas el año pasado ascendieron a los 1.210 millones de dólares. La droga, aprobada en 1989, se hizo famosa entre las celebridades que buscaban suavizar las arrugas del rostro y es usada también para tratar desordenes neurológicos. La Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos está investigando si los pacientes a los que se les inyectó toxina botulínica contrajeron botulismo, una enfermedad que debilita los músculos.
"La idea de que pueda haber una transmisión de esto al sistema nervioso central necesita seguir siendo analizada" precisó Mathew Avram, director del Centro de Cosmética, Láser y Dermatología del Massachusetts General Hospital en Boston. "De todos modos, este tratamiento ha sido usado en millones de personas durante años y no vemos una derivación importante al sistema nervioso central", agregó Avram.
Los autores de este estudio explicaron en la publicación que la neurotoxina del botulismo puede afectar la capacidad de las neuronas para comunicarse y modificar el circuito de la médula espinal.
Avram advirtió de todos modos que la fisiología de las ratas y ratones es distinta de la de los seres humanos y que por ende los resultados no permitirían anticipar qué es lo que ocurre en la gente. El estudio no es concluyente y es necesario realizar más investigaciones.
Los científicos inyectaron la toxina del botulismo en un lado del hipocampo de cada cerebro de roedor y en un centro visual. La toxina migró de una lado del hipocampo al opuesto. Y del centro visual, la droga fue hasta los ojos de los animales.
TRADUCCION: Silvia S. Simonetti