El estado de ánimo de los enfermos cardiovasculares sigue acaparando el interés científico. Las razones son obvias: estar deprimido tienen efectos negativos en su pronóstico. Pese a ello, la depresión afecta a entre un 17% y un 22% de los pacientes cardiacos que están hospitalizados.
Ahora, un grupo de investigadores canadienses, liderados por François Lespérance, del Centro Hospitalario de la Universidad de Montreal, acaba de llevar a cabo una investigación en la que se ha comparado la eficacia de los fármacos antidepresivos y de la psicoterapia en los afectados de corazón. Y, al parecer, la medicación ha ganado al 'diván' en eficacia.
El estudio, que ha visto la luz en la última edición del 'The Journal of American Medical Association' ('JAMA'), se realizó con 284 enfermos cardiacos que llevaban cuatro semanas o más tiempo deprimidos. Los autores dividieron a los participantes en varios grupos. Así uno de ellos recibió una sesión de psicoterapia a la semana durante tres meses, además de atención clínica en la que, cada siete días, se informaba a los involucrados sobre la depresión, el uso de medicación y la importancia de seguir el tratamiento al tratamiento.
Un segundo recibió tan solo la atención clínica, mientras que otro consumió bien 20 o 40 miligramos del inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina (SSRI, siglas en ingles) citalopram a lo largo de 12 semanas, o bien un placebo.
Los datos del trabajo constatan que el citalopram fue más eficaz que el placebo a la hora de tratar la depresión, causando pocos efectos secundarios. Además, esta superioridad fue aparente ya a las seis semanas de consumo del fármaco. En cuanto a la capacidad de la psicoterapia y el manejo clínico de la depresión, los investigadores constatan que aunque los pacientes mejoraron con estos tratamientos, ninguno es más eficaz que otro.
«El citalopran más la atención clínica deben considerarse como la primera opción de tratamiento en los enfermos cardiacos que se deprimen. No se ha podido constatar que añadir la psicoterapia tenga mayor efectividad que el manejo clínico», se recuerda en el trabajo. Los autores de la investigación recuerdan que este estudio es el primero que evalúa de forma controlada el papel de un fármaco y la psicoterapia en los enfermos cardiovasculares afectados por la enfermedad mental.
Alexander H. Glassman, del Instituto de Psiquiatría de Nueva York (EEUU), comenta en un editorial que acompaña al trabajo que los datos de la investigación canadiense «aportan más evidencias de la eficacia de los SSRI en los pacientes cardiacos deprimidos. Los médicos deben hacer un esfuerzo por detectar la patología psíquica en los afectados del corazón y mantener la terapia farmacológica. Lo único que no se ha podido constatar aún es que el consumo de los antidepresivos reduzca el riesgo de nuevos eventos cardiacos».