Conclusiones clave
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Resumen
La oxitocina es un neuropéptido importante para la fisiología materna y el cuidado infantil, incluido el parto y la eyección de leche durante la lactancia. La succión desencadena la liberación de oxitocina, pero otras señales sensoriales (específicamente el llanto infantil) pueden aumentar los niveles de oxitocina en las nuevas madres humanas lo que indica que los llantos pueden activar las neuronas de oxitocina hipotalámicas.
Aquí describimos un circuito neuronal que dirige la información auditiva sobre las vocalizaciones infantiles a las neuronas de oxitocina del ratón. Realizamos registros electrofisiológicos y fotometría in vivo de neuronas de oxitocina identificadas en ratones maternos despiertos a los que se les presentaron llamadas de cachorros. Descubrimos que las neuronas de oxitocina respondían a las vocalizaciones de las crías, pero no a los tonos puros, a través de la entrada del tálamo intralaminar posterior, y que la estimulación talámica repetitiva inducía una desinhibición duradera de las neuronas de oxitocina. Este circuito activa la liberación central de oxitocina y el comportamiento materno en respuesta a las llamadas, proporcionando un mecanismo para la integración de señales sensoriales de la descendencia en las redes endócrinas maternas para garantizar la modulación del estado cerebral para una crianza eficiente.
Comentarios (Health News)
Muchas madres primerizas saben que cuando su recién nacido llora, libera leche. Ahora, la investigación con animales revela un circuito cerebral recientemente descubierto que puede explicar por qué sucede esto.
Este nuevo estudio demostró que cuando una cría de ratón comienza a llorar, la información sonora viaja a un área del cerebro de su madre llamada núcleo intralaminar posterior del tálamo (PIL). Luego, esto envía señales a las células cerebrales (neuronas) que liberan oxitocina en el hipotálamo, que es un centro de control de la actividad hormonal.
Si bien la mayor parte del tiempo, estas neuronas del hipotálamo se mantienen bajo control mediante proteínas que actúan como guardianes para evitar el desperdicio de leche, después de 30 segundos de llanto continuo, se descubrió que las señales del núcleo intralaminar posterior del tálamo (PIL) se acumulaban y dominaban estas proteínas inhibidoras, lo que desencadenaba la liberación de oxitocina.
"Nuestros hallazgos descubren cómo un bebé que llora prepara el cerebro de su madre para preparar su cuerpo para la lactancia", afirmó el coautor principal del estudio, Habon Issa , estudiante de posgrado en NYU Langone Health, en la ciudad de Nueva York. "Sin esa preparación, puede haber un retraso de varios minutos entre la succión y el flujo de leche, lo que podría provocar frustración en el bebé y estrés en los padres".
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