Un grupo de investigadores de EE. UU. liderado por el genetista argentino Eduardo Groisman dio a conocer, a través de un estudio publicado en la revista Science, la clave de la multiplicación en el intestino de una bacteria abundante y conocida por sus efectos favorables para el organismo. Si bien el estudio fue en ratones, podría tener en un futuro aplicaciones en salud humana.
Se trata de la bacteria Bacteroides thetaiotaomicron, una “aliada” de los humanos para la digestión de las fibras. “Descubrimos que una proteína (Rho) que controla la expresión de otras proteínas forma unos compartimentos sin membrana en los cuales se incrementa su actividad, y que eso afecta la expresión de centenares de genes, muchos de los cuales son necesarios para que la bacteria colonice el intestino”, explicó Groisman, del Departamento de Patogénesis Microbiana de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, en New Haven, Estados Unidos.
El proceso está mediado por una “separación de fases”, un mecanismo bioquímico que se conoce desde hace mucho pero que empezó a tomar relevancia en biología en los últimos siete años, dijo Groisman a la Agencia CyTA-Leloir. “Si bien la separación de fases se había comprobado –para otras proteínas– en tubos de ensayo y células en cultivo, su rol en un ser vivo no se había demostrado. Nuestro trabajo se convierte en el primer ejemplo del papel de la separación de fases y la formación de compartimentos sin membrana en un organismo”, añadió.
La disponibilidad de nutrientes parece gatillar el mecanismo. Groisman y su equipo comprobaron que si se limita el carbono –un componente básico de las células–, aumenta la presencia de estos compartimentos sin membrana, lo que favorece la sobrevida de Bacteroides en el intestino de los mamíferos.
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