Entrevista con el Dr. Tomás Orduna | 07 JUN 22

Viruela del mono: “Se necesita una salud pública poderosa para enfrentar enfermedades emergentes”

El médico enfatizó en que las primeras reservas de vacunas y antivirales deberían ir a África, hoy el continente más afectado. Y explicó las principales diferencias con la viruela clásica.
Autor/a: Celina Abud Fuente: IntraMed 

Poco más de 30 días atrás, se confirmaba el primer caso positivo de monkeypox o viruela del mono en el Reino Unido, en una persona con antecedente de viaje a Nigeria, África. Hoy, según el mapa de los CDC, hay más de 900 casos confirmados en 29 países, más otros en estudio. Lo que no se sabe es por qué este brote, extenso y en marcha, ocurre ahora a nivel mundial.

Suposiciones no faltan: en un principio se habló de una posible mutación del virus que lo hubiera hecho más transmisible. Sin embargo, el doctor Tomás Orduna, Jefe de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz, explicó que  por ahora no parecería haber un cambio genético porque “los primeros estudios ligan a la variante que circula hoy con la occidental africana, asociada a casos prepandémicos importados de ese continente entre 2017 y 2019”.


Por supuesto que seguirán las investigaciones. Lo único que sí se sabe por ahora es que hubo eventos facilitadores del contrato estrecho necesario para la transmisión del monkeypox. “Es importante aclarar que la viruela de los monos puede afectar a cualquier persona, varones y mujeres de cualquier orientación sexual, niños y ancianos. Si bien hoy el 85% de los pacientes se componen de hombres que tienen sexo con hombres, miembros de la comunidad LGTB+, incluyendo bisexuales, hay que ser muy claro y no estigmatizar, ya que esto ocurre por antecedentes epidemiológicos de asistencia a eventos que favorecieron el contacto”, remarcó.  

“Uno de esos eventos fue una gran fiesta de la comunidad gay en las Islas Canarias, España, a la que concurrieron más de 80 mil personas, que bailaron, cantaron y se divirtieron. Después hubo otro pequeño pero poderoso grupo asociado con un sauna de la comunidad gay en Madrid. Y luego hubo un tercero, una fiesta fetiche gay en Amberes, Bélgica. Estos eventos han sido multiplicadores por contacto estrecho piel con piel en multitudes o transmisión comunitaria de saliva al toser, estornudar y cantar. Incluso en las relaciones sexuales, se puede contraer por el contacto estrecho inherente a una relación sexual y no por esperma y fluidos vaginales”, aclaró el médico infectólogo.

Quedan muchas preguntas que aún necesitan respuestas, como por ejemplo el tiempo que se necesita para que la enfermedad se transmita o la efectividad de las vacunas post exposición. Todas se irán respondiendo al tiempo en que avancen las investigaciones. Para aproximarnos, IntraMed entrevistó al doctor Tomás Orduna, quien habló de lo que se sabe y también de lo que aún se ignora, además de las posibles estrategias que deberán planearse a nivel mundial para enfrentar esta y otras enfermedades emergentes. Aquí, sus palabras

Principales diferencias entre la viruela clásica y la viruela símica.

El último caso de viruela, de una variante menor, ocurrió en Somalía en 1977. El último caso de la variante mayor, que había producido unos 300 millones de muertos a nivel mundial fue en 1972. Por ello, en 1980 se declara su erradicación. La viruela clásica (o mayor) fue una enfermedad que podía llegar como mínimo al 30% de mortalidad. En principio, la viruela de los monos se expresa de una manera más atenuada, más parecida a la menor (minor o alastrim).

La letalidad en la viruela símica va desde un 3 a un 10% según cuál de las dos subespecies contraiga la persona

La letalidad en la viruela símica va desde un 3 a un 10% según cuál de las dos subespecies contraiga la persona (una del centro de África que puede llegar al 10% contra el 3% de la variante occidental). Pero de los casos actuales que se dieron en occidente de la variante del centro de África no ha habido ningún fallecido. Esto podría explicarse en parte por la inmunogenética (cómo responden determinados grupos poblacionales o etnias a determinados patógenos), pero también por la hipótesis del estado nutricional, que ha sido excelente en los afectados europeos, mientras que uno podría sospechar que en África haya mayor desnutrición, más allá de la pluripatologías. Lo cierto es que aún no existe una explicación concreta de por qué los nuevos casos no causaron decesos.

En concreto, la diferencia entre la viruela clásica y la símica es el cuadro, la gravedad y junto con ello la letalidad. Pero la expresión es similar: fiebre, náuseas, falta de apetito, lesiones cutáneas (pápulas, que pasan a vesículas, luego a pústulas, después se genera una umbilicación alrededor de esa pústula y por último se forma la costra). Algo a tener en cuenta en la viruela de los monos es el dolor durante la umbilicación de las lesiones, algo no tan frecuente en la literatura descriptiva de la viruela clásica-

Contagios, lo que se sabe y lo que se ignora: tiempo, formas y discusiones  

El paciente puede contagiar en contacto con lesiones activas, hasta que caen completamente las costras.

También las lesiones orofaríngeas, presentes en ambas viruelas, pueden ser contagiantes, así como la saliva en tos y en estornudo, en gotas pesadas o gordas.

Por último, aunque no con el mismo peso del COVID, la transmisión aerógena es viable en ambientes cerrados, sin ventilación. Por eso se recomienda el uso de barbijo en pacientes aislados y la protección también aérea en equipos de salud.

En cuanto al contacto estrecho, es difícil cuantificar el tiempo exacto que lleva el contagio, aún no se han visto estudio que determinen si bastan 5 minutos o 15, pero lo cierto es que a más tiempo de contacto haya, la probabilidad aumentará.

Cuando la persona presenta lesiones que están en etapa de pústula, vesícula y costras que no cayeron, hay presencia del virus y puede contagiar. Como ejemplo, podrían aparecer lesiones aisladas e indoloras en el pene que podrían confundirse con herpes y durante una relación sexual se puede transmitir la enfermedad (pero por contacto con lesiones y no transmisión por esperma).

En la actualidad existen discusiones sobre cuándo una persona deja de contagiar la viruela del mono. Lo que se dice es que tiene que haber una caída total de costras, con lo cual lo que queda es una lesión absolutamente cicatrizada. Es ahí cuando la persona ya no infecta.

¿Puede persistir el ADN viral en gotas, aún después de la caída de costras?

En COVID-19, vimos personas con PCR positivo aún 60 días tras haberlo padecido. ¿Por qué? Porque quedaban restos genómicos de lo que fue la presencia activa y reproducible del virus.  Pero para poder decir que el que ese resto de ADN es infectante, primero tengo que poder lograr el cultivo del virus. En esto tenemos que ser cautelosos y aprender de la experiencia de cuando nos tocó determinar cuándo dejaba de contagiar una persona que tuvo COVID. Ese tiempo no era mayor a 10 días, excepto para las personas inmunocomprometidas, que por no poder defenderse bien, tardan más en poner un freno a la multiplicación del virus. Yo creo que hay que extrapolar este aprendizaje y ser muy cautos, porque por ahora se sigue aceptando que con la caída de la costra, la persona deja de infectar.

¿Qué se sabe de la transmisión por superficies, como toallas, ropas, láseres y las chances de contagio en el transporte público?

No he leído estudios en en transporte, pero supongamos que yo tenga 20 lesiones no visibles (que en el pox, las de inicio suelen aparecer en las zonas de genitalia, anal, perianal, perineal), no tengo quebrantamiento del estado general y subo al transporte público, puedo estar contagiando, porque además de las lesiones en la piel, puedo tenerlas estar en la mucosa y el virus puede excretarse por la saliva. Así que hipotéticamente puedo contagiar al toser y al estornudar. Por eso es importante el aislamiento inmediato de una persona sospechosa o confirmada.

 

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