Relación inversa entre el Zinc y el TDAH | 10 OCT 17

Patrones alimentarios asociados con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad

Un patrón alimentario basado en carne blanca y pescado y otro de nutrientes consistente en proteínas y minerales puede tener efectos beneficiosos en el TDAH

Introducción

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se caracteriza por desatención, impulsividad e hiperactividad, con consecuencias en el rendimiento escolar, las relaciones familiares y las interacciones sociales. Constituye uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes en la edad pediátrica y un problema de salud pública a nivel mundial. El tratamiento del TDAH se basa principalmente en los fármacos estimulantes como el metilfenidato, la anfetamina y la atomoxetina, de gran eficacia, pero que se asocian con efectos adversos.

La etiología del TDAH es multifactorial y la dieta cumple un papel influyente, a la vez que constituye un factor modificable. Diversos estudios demostraron que las modificaciones de la dieta pueden reducir los síntomas asociados con el TDAH, ya sea por la restricción o eliminación de los factores alimentarios perjudiciales como por el suplemento con los factores protectores. En cuanto a los perjudiciales, las modificaciones propuestas comprenden la restricción del azúcar, con alimentos libres de aditivos y conservantes (dieta Feingold) y una dieta oligoantigénica (eliminación).

Sin embargo, la estrategia de restricción o eliminación de los factores alimentarios deletéreos es complicada, poco práctica, demanda mucho tiempo y altera los hábitos hogareños. En cuanto a los factores alimentarios beneficiosos, las modificaciones nutricionales propuestas comprenden los suplementos con ácidos grasos poliinsaturados, omega 3, minerales (hierro y cinc) y complejos multivitamínicos. A diferencia del anterior, este último enfoque es más simple, relativamente económico y más aceptable para los padres y los pacientes.

Algunos estudios indicaron que un patrón alimentario y un estilo de vida saludables para prevenir o controlar el TDAH pueden tener éxito a largo plazo y unos pocos encontraron una relación entre los patrones alimentarios y el TDAH. Los autores realizaron un ensayo de casos y controles para evaluar los patrones alimentarios y de nutrientes en niños chinos en edad escolar con TDAH; así como para determinar la asociación entre los elementos esenciales de la sangre (hierro, cinc, calcio, cobre y magnesio) y el TDAH.


► Materiales y métodos

Tanto los casos como los controles se reclutaron consecutivamente entre los niños atendidos para evaluación del TDAH y para control de salud en los servicios de pediatría, respectivamente, del Jiangxi Provincial Children’s Hospital, provincia de Jiangxi, China.

El diagnóstico de TDAH se basó en los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su cuarta edición revisada (DSM-IV-R). A los controles se los sometió a las mismas evaluaciones diagnósticas que a los casos de TDAH para descartar la existencia de este trastorno. Los casos y los controles fueron concordantes en edad y sexo.

Se llevaron a cabo entrevistas realizadas por estudiantes graduados en epidemiología; mientras que el diagnóstico de TDAH se efectuó por psiquiatras pediátricos certificados. Cada entrevistador recibió entrenamiento en entrevistas epidemiológicas, evaluación alimentaria y antropometría. Los datos se recolectaron mediante un cuestionario estandarizado y estructurado por personal que desconocía si se trataba de los casos y los controles.

Se recabó información demográfica, sobre la estructura familiar, el ámbito hogareño, el nivel socioeconómico, la educación materna y paterna, la edad materna al momento del nacimiento, el hábito de fumar, los antecedentes médicos, obstétricos, del neurodesarrollo y educativos de los niños y los hábitos alimentarios en los 12 meses previos al diagnóstico de TDAH (en los casos) o las entrevistas (controles).

La ingesta alimentaria se evaluó por un cuestionario de frecuencia alimentaria (CFA) que consistió en 144 ítems categorizados en 28 grupos de alimentos consumidos comúnmente por los niños chinos. Los cuestionarios para la recolección de los datos fueron diseñados por un panel de expertos en el campo de la epidemiología y la nutrición.

Se calculó la ingesta diaria de nutrientes y calórica total según una tabla de consumo de alimentos estándar china y el índice de masa corporal. La confiabilidad del CFA se evaluó en un subgrupo elegido al azar de 62 niños, con resultados válidos para la ingesta alimentaria promedio a largo plazo.

Se tomaron muestras de sangre venosa para determinar las concentraciones de hierro, cinc, calcio, cobre y magnesio mediante espectrometría de absorción atómica.

 

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